El próximo mes de septiembre llegarán a las unidades del Ejército de Tierra los primeros ejemplares del nuevo chaleco antifragmentos adaptado a la fisonomía femenima, más ligero y con nuevas prestaciones.
La ministra de Defensa, Margarita Robles, ha podido conocerlo durante su visita este viernes al Parque y Centro de Abastecimiento de Material de Intendencia (PCAMI) del Ejército de Tierra, en Madrid, celebrando la consecución de este «compromiso» asumido.
Se trata de un proyecto que lleva años en estudio que finalmente verá la luz en su versión definitiva el próximo mes de septiembre tras varios prototipos que se han ido mejorando con las opiniones de las militares que los han probado. De hecho, la propia ministra ya pudo conocer una de esas primeras versiones hace tres años en una visita a unas maniobras militares en la base de San Gregorio (Zaragoza).
El nuevo chaleco para el personal femenino de las Fuerzas Armadas se empezará a distribuir este año, y los primeros irán a las zonas de operaciones, según ha explicado el responsable del proyecto y jefe de la sección técnica de vestuario de la Dirección de Adquisiciones, coronel Álvarez.
Se trata de un equipo más cómodo, que aporta más movilidad y más ligero, en algunos casos con reducciones de hasta 500 gramos respecto a la versión unisex que se usa actualmente. Además, una de sus innovaciones más importante es la incorporación de una hebilla que permite desmontarlo muy rápidamente para situaciones de emergencia.
Además, el chaleco desarrollado por la empresa FECSA, ha mejorado también la protección balística de las usuarias, tanto para las municiones habituales como para los grandes calibres.
Robles ha recordado que el porcentaje de mujeres en las Fuerzas Armadas está cerca del 13 por ciento en España y el objetivo es seguir aumentándolo. Según ha subrayado, este chaleco sitúa a España como país «pionero» entre los de su entorno.
El Centro de Abastecimiento del Ejército de Tierra jugó además un papel clave durante la Operación Balmis de lucha contra el coronavirus, durante la que llegó a acumular y transportar en sus almacenes 220.000 metros cúbicos de materiales (el equivalente a una superficie de un campo de fútbol), con 20 metros de altura.
Además, cuenta con unos laboratorios en los que se certifican las mascarillas quirúrgicas que se utilizan para la protección del personal durante la pandemia.