Fabricantes de componentes critican que la Comisión Europea opte por la «prisa»

La secretaria general de la Asociación Europea de Proveedores Automovilísticos (Clepa), Sigrid de Vries, ha criticado que la Comisión Europea optase por la «prisa» en vez de por la «prudencia» a la hora de establecer nuevos objetivos de reducción de gases de efecto invernadero para los vehículos nuevos.

En una carta publicada este martes, De Vries ha lamentado que el acuerdo que busca Europa para disminuir las emisiones de dióxido de carbono (CO2) de los automóviles en un 55% para 2030 y al 100% en 2035 viene en forma de «prohibición» y no de «trato» con la industria.

Según ella, marcar un objetivo de reducir al 100% las emisiones de escape de los coches es «de facto» obligar a producir solo modelos eléctricos, descartando la contribución que podrían hacer los combustibles renovables sostenibles.

«El motor de combustión interna puede ser climáticamente neutro cuando funciona con combustibles renovables sostenibles. El vehículo eléctrico de batería solo es climáticamente neutro cuando se carga con electricidad renovable», ha recordado la directiva.

Por ello, no ve con buenos ojos las «prisas» de la Comisión, que pone el horizonte en el 2035 y no en el 2050 para realizar una transformación de «tal magnitud». «Para los fabricantes de vehículos y los proveedores de componentes 2035 es, de hecho, mañana», ha añadido.

Todo ello debido a que el ciclo de vida de un modelo es de 7 años, con una actualización intermedia del vehículo. Además, el diseño anterior del automóvil dura entre 3 y 5 años, por lo que las decisiones de inversión se toman con años de antelación.

De Vried ha pedido alternativas a la movilidad eléctrica en los casos que no sea la mejor solución y ha insistido en marcar el objetivo de neutralidad para 2050 y no antes.