Un hombre que mató a su hijo al recriminarle que su madre durmiera en el sofá

Un hombre que mató a su hijo de 39 años después de que éste le recriminara que su madre durmiera en el sofá y no en la cama con él ha afirmado que lamenta lo ocurrido pero se ha defendido alegando que ese día «tan solo» usó un cuchillo para asustar a la víctima y que se tranquilizara, porque le estaba chillando y balanceando. «Ocurrió lo que no debía haber ocurrido (…) ¿Qué padre va a querer matar a un hijo?», se ha preguntado.

El acusado se ha sentado este lunes ante un jurado popular en la Audiencia de Valencia por haber matado a su hijo, a quien ya había agredido con anterioridad –de hecho, fue condenado y cumplió pena de prisión–, a finales de agosto de 2019.

En concreto, el incidente tuvo lugar el último día de agosto, entre las 23.45 horas y las 00.20 horas del 1 de septiembre, en el domicilio familiar, ubicado en Paterna.

Ese día el acusado cenó con su mujer en su vivienda y ambos discutieron, según ha narrado el hombre, con lo que durmieron separados. Él en la cama y ella en el sofá. En este punto, preguntado por si fue él quien le dijo a su esposa que no iba a dormir en la habitación y que se quedara en el comedor, ha dicho que no lo recordaba. «Fue una peleilla entre nosotros, un enfadillo».

Cuando estaba en la cama, ha narrado que llegó su hijo dándole golpes y gritándole, aunque no entendía bien lo que decía. Luego la víctima se fue al comedor y él se vistió y le siguió. En ese momento, su hijo se encaró con él mientras le balanceaba. Así, cogió el cuchillo de la cena que había en la mesa, «de eso de los chinos, de los bazares» –ha puntualizado– y, sin mirarle, lo dirigió hacia él «para asustarle y tranquilizarle».

«Lo hice solo para asustarle. Lo he querido y lo quiero mucho, me lo he criado. Ocurrió lo que no debía haber ocurrido. Eso no lo tendría que haber hecho en mi vida, pero tenía mucho miedo», ha explicado.

Tras la agresión, el acusado ha indicado que no vio mucha sangre y que fue su mujer la que le puso un trapo en la herida y llamó al ‘112 Comunitat Valenciana’. No obstante, ha asegurado que él intentó reanimarlo hasta que llegó la Policía. «Intenté reanimarlo. Estoy total y absolutamente arrepentido», ha apostillado.

Cuando llamó la Policía por teléfono tras recibir el 112 el aviso, lo cogió él y ha indicado que les pidió un médico urgente. Ha afirmado que no recordaba que dijo que su hijo se había caído al suelo tras beber y consumir droga. También ha explicado que les negó un apuñalamiento porque no lo fue: «yo entiendo que un apuñalamiento es clavar y esto fue un corte, no un apuñalamiento», ha insistido.

«NO ME DEJÓ ACOSTARME EN LA CAMA»

La madre de la víctima y esposa del acusado ha narrado también lo que ocurrió ese día y muchos de los puntos no coinciden. Ha explicado que esa noche su marido le dijo que no podía acostarse en la cama y que se quedara en el sofá. «A veces me lo decía porque la cama era de su madre», ha puntualizado.

Previamente su marido había bebido y, de hecho, se pasó toda la tarde acostado. Cuando llegó su hijo y la vio en el comedor, ha indicado que le preguntó por qué estaba allí y ella le contestó que «estaba más fresquita».

Entonces le volvió a preguntar si su padre no le dejaba acostarse en la cama y ella le pidió que lo dejara estar. Así, se fue hacia su padre y le pidió explicaciones. Luego le cogió de los pies y lo arrastró hasta que salió de la cama.

Comenzaron ambos a discutir y a pegarse –ha narrado– y ella les dejó ahí y les indicó que «se apañaran». Tras ello, su hijo fue hacia ella y gritó que estaba sangrando, así que llamó a Urgencias y le intentó taponar la herida. Su marido no le ayudó ni se acercó. Cuando llegó la Policía le preguntó qué había hecho y éste no le contestó.

La mujer ha señalado que guardaba todos los cuchillos de la casa porque se temía que pudiera pasar algo así ya que su marido había amenazado en alguna ocasión con hacer algo así. «Temía que los usara», ha dicho. «Te voy a coger y te voy a rajar de arriba a abajo», señaló una vez.

También ha indicado que su marido y su hijo «a veces se llevaban bien y otras veces discutían. A veces se agredían», ha dicho, para agregar: «mi marido con migo no era agresivo. Es una buena persona pero tenía su temperamento». «Cuando no bebía era un hombre estupendo», ha apostillado.