Se desploma la reticencia a vacunarse al pasar de un 35% en septiembre al 3,4% actual

La reticencia de la población española a vacunarse contra la COVID-19 ha bajado cerca de 32 puntos desde septiembre de 2020. En aquel mes, hasta un 35,16% de los españoles no estaba dispuesto a vacunarse, mientras que en la actualidad este porcentaje es de sólo un 3,4%.

Así lo revela la tercera entrega del estudio ‘Evolución de la percepción social de aspectos científicos de la COVID-19’ de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT), basada en entrevistas realizadas telefónicamente a más de 2.000 personas entre el 3 y el 21 de mayo de 2021.

La primera encuesta se realizó entre el 25 de junio y el 15 de julio de 2020 y la segunda entre el 4 y el 22 de enero de 2021, aunque también se ha ido preguntando en más ocasiones para así medir la evolución de la reticencia vacunal y sus factores sociales asociados.

La FECYT ha presentado los resultados de esta tercera encuesta en un debate en el que han intervenido la directora del Instituto de Salud Carlos III de Madrid (ISCIII), Raquel Yotti; el profesor de Sociología de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) y director científico del estudio, Josep Lobera; y el profesor de Ciencia Política de la Universidad Carlos III de Madrid (UC3M), Pablo Simón.

Según las encuestas realizadas por la FECYT, el porcentaje de personas dispuestas a vacunarse ha ido oscilando en este último año. Por ejemplo, entre el 25 de junio y el 15 de julio del 2020, sólo un 6,6% desconfiaba de la vacuna, porcentaje que en la segunda quincena de julio aumentó a un 18,37%, llegando a un 35,16% en septiembre. A partir de este mes, el porcentaje de reticentes ha ido bajando: a un 32,46% en octubre de 2020, a un 8,7% entre el 4 y el 22 de enero.

Por el lado contrario, esto significa que el porcentaje de personas que sí están dispuestas a vacunarse ha ido aumentando en el verano del año pasado, cayendo en septiembre y octubre, y volviendo a subir a finales de año. Así, si un 32,2% confiaba en la vacuna (32,41% en la segunda quincena de julio del año pasado), el porcentaje bajó a un 24,17% en septiembre y a un 20,20% en octubre. En enero, el porcentaje ya se situaba en un 58,1%.

Según los resultados de esta tercera encuesta, un 49,9% de la población se inocularía la vacuna, a lo que habría que sumar un 32,8% de participantes que ha afirmado que ya se ha vacunado, dando un total de un 82,7%.

Con respecto a los motivos por los que los encuestados no se pondrían la vacuna, la mayoría (45,2%) atribuye su rechazo a los posibles riesgos que tiene para su salud, seguido de un 30,7% que indica que sabe identificar qué vacuna se pondría de cuál no. Además, un 7,4% cree que la vacuna no será eficaz y un 0,9% no considera que sea tan grave la enfermedad porque ya la ha pasado. También un 0,9% dice que se pondría la segunda o tercera vacuna, pero no la primera vacuna que salga.

UN 6,5% PIENSA QUE LA VACUNACIÓN ES INNECESARIA

No obstante, otro de los resultados que arroja el estudio es que un 6,5% de los participantes está de acuerdo con la afirmación de que la vacunación es innecesaria porque el coronavirus ya no es tan grave, frente a un 75,8% que rechaza esta afirmación.

Asimismo, un 5,5% dice estar de acuerdo con que ya no será necesario que se le vacune si mucha gente ya lo está. Pero la mayoría (74,2%) rechaza esta afirmación.

Igualmente, un 34,3% de los encuestados está totalmente seguro de que las vacunas contra el coronavirus SARS-CoV-2 recomendadas por las autoridades sanitarias son seguras. Por el contrario, un 7,6% reconoce estar totalmente en desacuerdo.

MENSAJES CONTRA LAS VACUNAS

Pese a los datos que arroja el estudio, la FECYT también revela que el 57,8% admite haber visto o escuchado mensajes que animan a las personas a no vacunarse contra la COVID. Un 34% de los encuestados vieron o escucharon esos mensajes a través de las redes sociales, un 27,4% a través de televisión y un 7,6% por medio de un familiar o amigo.

Asimismo, el informe refleja que un 30,1% de los participantes está de acuerdo con la afirmación de que las mascarillas son malas para la salud, frente a un 13,3% que dice no estar nada de acuerdo.

Y un 34,2% cree que el origen del coronavirus no es natural, sino que fue desarrollado en un laboratorio. Un 16,4% de los encuestados rechaza totalmente esta idea.