Borràs pide un diálogo «franco» con el Estado y que el límite no lo marque la Constitución

La presidenta del Parlament de Cataluña, Laura Borràs, ha reclamado este lunes que la negociación con el Estado sobre el conflicto catalán se traduzca «en un diálogo franco, donde los límites no lo marque la Constitución y sí la democracia».

Así lo ha expresado en su intervención en el acto organizado en homenaje a los indultados por el 1-O en la Cámara, en el que todos ellos han sido recibidos con aplausos por parte de miembros del Govern, dirigentes y diputados de Junts, ERC, la CUP y comuns.

«En política, los gestos y las palabras cuentan, pero lo que vale son los hechos. El Gobierno debe demostrar que aprobó los indultos por convicción, no por obligación», ha destacado Borràs, que poco antes los ha recibido a todos en el despacho de audiencias, acompañada de los expresidentes del Parlament Joan Rigol y Ernest Benach y por los miembros de la Mesa Alba Vergés (ERC) y Pau Juvillà (CUP).

Según Borràs, hay que emplazar al Estado a que los indultos no sean un hecho aislado porque, a su juicio, el fin del encarcelamiento de los presos del 1-O «no significa el fin del a represión, que es la vía que ha elegido el Estado para no resolver el conflicto político, y lo ha convertido en un problema europeo».

Así, ha constatado que el Consejo de Europa ya advirtió al Estado de que circula «por el carril equivocado de la historia dado que, en pleno siglo XXI, la represión no puede ser nunca la solución y es un grave problema para los países que quieren cumplir con los standards democráticos».

«Vuestra libertad no es el punto de llegada, es el punto de partida para empezar a tejer una solución que pasa por la amnistía y la independencia. Este fue el sentido del 1-O, que os llevó a la prisión», ha añadido Borràs, tras defender que los indultos deben ser el prólogo de una solución al conflicto.

Además de reivindicar que no se puede disolver la voluntad del pueblo catalán de decidir su futuro en las urnas, ha constatado que, pese a la excarcelación de los presos del 1-O, faltan compañeros «que están en el exilio», en referencia explícita al expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont, los exconsellers Toni Comín, Clara Ponsatí y Lluís Puig, y a otras personas que fueron diputadas.

«Es una imagen incompleta, porque faltan también los más de 3.300 represaliados», ha lamentado Borràs, que ha defendido que es en el Parlament y en el Palau de la Generalitat, y no en prisiones o en tribunales, donde hay que resolver los conflictos políticos.

REIVINDICA A FORCADELL

También ha querido reivindicar la figura de la expresidenta del Parlament, Carme Forcadell, a quien ha dado la bienvenida a lo que ha definido como su casa: «Fue condenada por permitir el debate en la casa de la palabra. Mi voluntad es seguir el trabajo donde tú lo dejaste. Ningún tribunal ha conseguido que renunciéis a vuestras ideas, y ningún tribunal conseguirá hacernos renunciar a nuestro trabajo».

Además de Borràs, ha hablado también Forcadell, que ha coincidido en asegurar que viven días de felicidad y de «una alegría que no es completa» porque hay personas que no pueden volver, en referencia a los que viven fuera de España.

Por ello, ha reclamado la amnistía para que «todo los represaliados puedan volver a casa, y todos los represaliados económicos puedan vivir en paz y tranquilidad», y ha garantizado que tiene el compromiso de trabajar para conseguir que todos los afectados por decisiones del Estado puedan vivir en libertad.

Aunque cree que estar en libertad es una victoria, ha añadido que no es la victoria que hubieran querido, y en consecuencia considera que «es un paso más hacia el fin de la represión, hacia la autodeterminación y hacia la república catalana».

PARLAMENT, «CASA DE LA PALABRA»

Forcadell también ha reivindicado el Parlament como «la casa de la palabra, donde se debe poder defender y hablar de todo, la palabra debe ser libre y no se puede permitir que entre la censura».

«El único límite a la libertad de expresión debe ser el respeto por los derechos humanos. Del resto, hay que poder hablar de todo. La libertad de expresión es la esencia de la democracia», ha sostenido la expresidenta del Parlament, que ha animado a los diputados a trabajar por el bienestar de los ciudadanos, por su felicidad y a defender sus convicciones con firmeza, pero con respeto y dignidad.