La vicepresidenta tercera y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, ve «clave» aplicar la tecnología para favorecer la calidad del trabajo siempre combinada con los derechos laborales y los derechos humanos.
Lo ha dicho en el diálogo ‘Europa Futura: Estados Emprendedores, Ciudades Innovadoras’, organizado por el Ayuntamiento de Barcelona, junto a su alcaldesa, Ada Colau; la profesora de economía de la innovación y función pública de la University College London, Mariana Mazzucato; y la presidenta del Fondo de Innovación Italiano y miembro de la High Level Rondtable New European Bauhaus de la Comisión Europea, Francesca Bia.
«Si la combinación y la formulación tecnológica no va acompañada de los derechos humanos y laborales no sería progreso, sería involución», ha subrayado la ministra.
En este sentido, Díaz ha sostenido que la transición digital la deben gobernar las personas y ser capaces de garantizar que todos los usos tecnológicos no tengan sesgos de ningún tipo –en sus palabras– y que ayuden a mejorar la vida de la gente: «Las máquinas no toman las decisiones, las tomamos nosotras.
A pesar de eso, se ha mostrado a favor de que la tecnología sirva para enriquecer las vidas de las personas pero «sin caer en pensar que operamos en la tecnología de manera acrítica y que la tecnología no tiene sesgos», y ha opinado que la innovación tiene que atravesarlo absolutamente todo.
«Sí a la tecnología, sí a la modernidad. No de manera acrítica y dominando y gobernando nosotros este tiempo. Esto es lo que nos jugamos en este momento», ha concluido.
COLAU
Colau ha puesto en valor la capacidad de trabajar para grandes objetivos a raíz de la pandemia y hacerlo en colaboración con el sector privado, por lo que ve oportuno «repensar mucho y atreverse a innovar».
Ha insistido en la necesidad de incorporar los aprendizajes surgidos durante la crisis sanitaria «para que sean cambios de verdad» y ha llamado a hacerlo con valentía e innovación y sin repetir las fórmulas del pasado.
Para ello, ve imprescindibles los fondos Next Generation, aunque considera que no es suficiente con la inversión pública y ha llamado a evitar que ésta consolide las desigualdades y emprenda nuevas oportunidades.