El 70 por ciento de la población española utiliza de forma frecuente complementos alimenticios, según el informe ‘Uso de suplementos nutricionales en la población española’, llevado a cabo por la Fundación Mapfre en colaboración con la Academia Española de Nutrición y Dietética, donde se advierte de que muchos de estos productos no tienen una eficacia y una seguridad demostradas.
Así, el objetivo del estudio ha sido analizar el consumo actual de los complementos alimenticios y de productos para usos médicos especiales a través de encuestas realizadas a 2.630 adultos de entre 18 y 55 años, así como ver quién prescribe y dónde se compran este tipo de productos.
Según el informe, la mayoría los utiliza con el principal objetivo de mejorar su estado general de salud (70,9%), pero también para tener más energía (35%), mejorar el funcionamiento de los huesos y los músculos (34%), tratar enfermedades como la osteoporosis y molestias gastrointestinales (28%) y reducir peso, entre otros motivos.
Una gran parte los usa, además, sin una justificación de salud suficiente, sin resultados beneficiosos en muchas ocasiones y hasta con riesgo para la salud en algunos casos. Esto se debe a que, actualmente, los estudios que analizan la seguridad de utilizar este tipo de complementos son escasos y la mayoría aportan poca o ninguna información que demuestre, de forma clara, que tienen propiedades saludables y que son eficaces y seguros.
Así, según el documento, de todos los complementos disponibles en el mercado, los que más se consumen (63,4%) son los que aportan vitaminas, minerales y aceites ricos en omega 3 (63%), una cifra que situaría a España como el tercer país que más complementos alimenticios consume, después de Estados Unidos y Dinamarca.
En concreto, cerca de 4 de cada 10 encuestados (39,4%), sobre todo mujeres entre los 26 y 35 años, con estudios universitarios, que realizan actividad física y que consideran tener un peso adecuado, consumen vitaminas y complejos, especialmente de vitamina D y C, que prescriben, por lo general, profesionales sanitarios diferentes a los dietistas-nutricionistas.
En cuanto a los minerales, destaca la ingesta de magnesio (13%) y calcio (12%), especialmente entre personas de entre 26 y 35 años; y de omega 3 a partir de fuentes vegetales, como el aceite de onagra, lino o frutos secos, que consume el 21 por ciento, sobre todo entre los 18 a 35 años. El multivitamínico con minerales es el complejo con vitaminas combinados con minerales que más se consume, en concreto, el 18 por ciento de la población, que lo hace de forma mensual, semanal o diariamente.
Una proporción similar de los encuestados también toma probióticos (27,3%), especialmente las mujeres y el grupo de edad de entre 26 y 45 años, y el 28,6 por ciento, también mujeres en su mayoría, consume sin prescripción, algún complemento con extracto de plantas o fitoterapia, como, por ejemplo, polen, jalea real y fibra, que suelen adquirirse en herbolarios.
Además, 2 de cada 10 personas (19,9%), especialmente hombres entre 18 a 45 años con sensación de tener buena salud, toma productos para deportistas, como barritas energéticas (15%), preparados de proteínas, sueros y batidos (14%), bebidas especiales (13%), y geles de hidratación (9%), que suelen auto administrarse (sin prescripción médica) y que por lo general se compran por internet.
El informe también indica que el 13,8 por ciento ha tomado en el último año productos específicos para perder peso, entre los que destacan los preparados que sustituyen alguna comida del día (11%) o todas (6%). Los consumidores más frecuentes de este tipo de productos, que son prescritos en la mayoría de los casos por dietistas-nutricionistas, son mujeres, entre 18 y 45 años, que consideran su peso poco o nada adecuado.
En este sentido, el 30,2 por ciento de los encuestados reconoce que ha tomado productos para usos médicos especiales con el fin de tratar una enfermedad o los efectos de un tratamiento. Los batidos para reforzar la dieta normal en caso de desnutrición o riesgo de desnutrición (9%) y los preparados para tratar enfermedades metabólicas, como por ejemplo la fenilcetonuria (7%), son los que más se consumen.
LA MITAD CREE QUE OBTIENE RESULTADOS
Preguntados por los efectos obtenidos, la mitad de los encuestados considera que ha obtenido los resultados esperados a raíz del uso de estos productos, aunque de un modo leve o transitorio. Los complementos y los productos a base de plantas son los que, por lo general, los encuestados perciben como más seguros (60%), un porcentaje que disminuye cuando se trata de productos para deportistas (53%) y productos para reducir peso (45%), entre otros. El efecto adverso que con más frecuencia perciben tras su consumo es de tipo gastrointestinal, seguido de la taquicardia, aunque en su mayoría ese efecto es leve o transitorio.
Asimismo, en el documento se ha realizado una revisión bibliográfica sobre los suplementos más frecuentes. De esta forma, en cuanto a los suplementos con efectividad probada, destacan el ácido fólico, que es el suplemento nutricional más probado para la prevención de defectos del tubo neural (espina bífida) en el embarazo; cafeína, ya que produce una mejora del rendimiento deportivo; vitamina D, que mejora el tratamiento de infecciones respiratorias en personas con enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC; y el calcio, que puede tener efectos positivos para la prevención de la hipertensión, especialmente en hombres y menores de 35 años. Asimismo, el hierro puede ser eficaz en estados carenciales, como por ejemplo en caso de anemia. Por otro lado, los productos de uso médico especial para la pérdida de peso en dietas muy bajas en calorías también son eficaces, aunque los expertos aconsejan utilizarlos siempre bajo control médico.
En el grupo de los complementos con efectividad dudosa, se encuentran los probióticos, cuya eficacia solo está demostrada en caso de rehidratación ante diarrea aguda o por consumo de antibióticos; compuestos ricos en omega-3; y los extractos de plantas. Los complejos de extractos de hierbas, así como la glucosamina, el Ginseng y el extracto de ajo son los productos más estudiados, mientras que las valoraciones relativas a la equinácea, los extractos de arándanos y la alcachofa son menores y no hay pruebas claras de efectividad para ninguno de esos suplementos.
CON EFECTOS ADVERSOS
«La percepción de que por tomar más vitaminas o minerales vamos a tener mejor salud es falsa», ha sentenciado el presidente de la Academia Española de Nutrición y Dietética, Giuseppe Russolillo, con respecto a los efectos nocivos de algunos complementos. De hecho, afirma, un exceso de estos nutrientes puede ser perjudicial, como podría ser el caso del calcio o el hierro, y tener consecuencias muy graves, como sería el caso de la vitamina A durante el embarazo, que puede derivar en malformaciones congénitas. En lo que respecta a los extractos de plantas, también se han registrado efectos adversos como casos de toxicidad hepática aguda.
FORMACIÓN DE LOS PROFESIONALES
De esta forma, el informe incide en la necesidad de que los profesionales sanitarios, prescriptores de muchos de estos productos, adquieran las competencias académicas suficientes sobre estos productos para poder basar sus recomendaciones en evidencias científicas.
También considera clave incrementar los conocimientos de los ciudadanos en materia de alimentación y salud para que puedan tomar decisiones informadas; incorporar la figura del dietista-nutricionista en los servicios de atención primaria de salud; y promover la regulación europea vigente, para que la información suministrada al consumidor sea clara, transparente y basada en la evidencia científica, especialmente en lo que se refiere a su eficacia y seguridad.