Barcelona inicia un Sant Jordi atípico y descentralizado por la pandemia

Floristas y libreros se han repartido por las calles de Barcelona este viernes por la mañana en un Sant Jordi atípico y descentralizado por la pandemia del Covid-19, en el que calles emblemáticas como La Rambla o Rambla Catalunya, pese a mantener sus tiendas de flores, no tienen el bullicio de las paradas de la Diada de la rosa y el libro de otros años, que se han trasladado a 11 espacios acotados pero al aire libre.

Las librerías y floristerías han podido habilitar puestos en la calle frente a su establecimientos, y se prevén un total de 490 mesas de rosas y libros distribuidas en 180 paradas en toda la ciudad.

De momento, el tiempo ha dado un respiro a los participantes, ya que este viernes se ha levantado soleado y con buena temperatura, la única nota de color en una semana por lo demás nublada y lluviosa; y la previsión es que haga sol todo el día, con temperaturas máximas de 19 grados y mínimas de 12, según el Meteocat.

En el centro de la capital catalana, la Rambla Catalunya –una de las calles más concurridas durante las Diada de Sant Jordi– ha amanecido sin el ir y venir de los tenderos de rosas y libros a causa de las restricciones, y sólo algunas librerías como La Casa del Llibre han podido salir a vender a pie de calle.

La librería La Central de la calle Mallorca de Barcelona es otro de los establecimientos que desde las 9 horas ha desplegado su paradas en la vía y, aunque desde el local han reconocido que es un Sant Jordi «atípico», se han mostrado optimistas y prevén afluencia de compradores durante el día.

«Vas a preguntar a un pescador a las seis de la mañana si va a pescar, pues no lo sé hijo«, bromea sobre las expectativas de esta diada David, el responsable de la librería Rodés, que vende libros de segunda mano y antigüedades, y es la tercera generación al frente del local de la calle Banys Nous.

FLORISTERÍAS Y LIBRERÍA

En la calle Valencia, entre Roger de Llúria y Girona, el tránsito de personas es intenso, ya que comparten espacio dos tiendas: Floristerías Navarro y la librería francesa Jaimes, cada una con sus tenderetes de rosas o libros, así como la tienda de instrumentos Audenis, que también ha salido a la calle para ofrecer volúmenes sobre música.

En Flores Navarro han habilitado un punto de recogida en el almacén para los pedidos por Internet, que han seguido siendo muchos pese a que la tienda física está abierta y se han establecido controles en los accesos y puntos de venta a pie de calle «para evitar aglomeraciones en el interior», ha explicado la florista Isabel Navarro.

A pocos metros, en el paseo de Gràcia, entre las calles Aragó y Consell de Cent, se ha instalado uno de los espacios habilitados de venta de libros y firma de autores; y ha coincidido con la inauguración de la nueva tienda de la Casa Batlló de Gaudí que este año, como viene siendo tradición, ha vuelto a adornar sus balcones con rosas.

En Sants, Jordi está disponiendo el interior de su bar, el Buenavista, para el día: ayer jueves se hizo un podcast en directo y este viernes tiene previsto que autores como Martí Sales y Miqui Otero pasen a firmar y a presentar sus libros –con Sales servirá un desayuno–; es la primera vez que programa eventos por Sant Jordi, ya que hasta ahora no abría por las mañanas –ahora lo hace obligado por los horarios del Covid–.

Cerca, Víctor custodia la parada frente a la librería Barra/Llibre mientras una señora hojea novelas gráficas; el librero explica que en los dos últimos días ha habido un buen ritmo de ventas y pide que «ojalá esto se pueda hacer dos o tres veces al año», dice que ha sido una buena temporada para este negocio cooperativo y elogia las librerías de barrio y de pueblo, fuera de los circuitos más convencionales que se suelen situar en el centro de Barcelona.