El acusado de matar a una niña en Vilanova no tenía «ningún trastorno mental»

Los psiquiatras y psicólogos forenses que han participado en las pruebas periciales para valorar la salud mental del acusado de asesinar a una niña de 13 años en Vilanova i la Geltrú (Barcelona) han afirmado ante el jurado que el hombre no tiene «ningún trastorno mental» ni drogodependencia, a pesar de que haya consumido cocaína de manera regular desde joven, y solo el informe de los peritos contratados por la defensa ha mantenido que era toxicómano.

Los peritos han declarado sobre la salud mental, el consumo de drogas y la incidencia de estos en las facultades del acusado, que en su estrategia de defensa sostiene que la tarde del crimen había consumido grandes cantidades de cocaína y alcohol, además de estar pasando por varios problemas personales, y supuestamente confundió a la menor con un ladrón.

Dos sanitarios del Sistema d’Emergències Mèdiques (SEM) que le atendieron en comisaría la noche del crimen han afirmado que, pocas horas después de la desaparición de la niña, el acusado «no estaba bajo los efectos del alcohol ni las drogas, tenía las pupilas normales y se le encontró como una persona normal».

Otra doctora le atendió en el hospital dos días después de ser detenido, y le encontró «consciente, hablaba coherentemente y tampoco tenía síntomas aparentes de ansiedad», y solo mencionó que le dolía la espalda y pidió que le ataran las esposas por delante en lugar de por la espalda porque le molestaban.

Al día siguiente le visitó una psiquiatra forense para verificar si estaba en condiciones de declarar –la médico valoró que sí–, y ha contado que el arrestado no mencionó antecedentes de salud mental ni toxicológicos.

«Sí dijo que consumía cocaína y alcohol desde los 20 años, pero sin ningún ingreso ni contacto con centros de desintoxicación. A nivel de salud mental, nada», ha dicho la doctora, que ha explicado al tribunal popular que tampoco detectó síntomas de síndrome de abstinencia.

En esa visita, el acusado dijo tener una «laguna mental» entorno a la hora del crimen, lo que la perito ha explicado que desde un punto de vista médico es posible pero ha calificado paradójico que no fuera acompañado de ansiedad al tratarse de un crimen.

Para comprobar el consumo de drogas se le tomaron muestras de cabello y, teniendo en cuenta el ritmo de crecimiento del pelo, se detectó que durante los dos meses antes del crimen había consumido, de media, la mitad de cocaína que la que consumió durante el tercer mes anterior.

PERITOS DEL IMELEC Y PRIVADOS

También han expuesto sus informes dos psicólogos forenses del Institut de Medicina Legal i Forense de Catalunya (Imelec), quienes han destacado que en el historial médico del acusado «no consta ninguna atención, visita, ni intervención por patología o trastorno mental».

Han concluido que el acusado no tiene «ningún trastorno de personalidad relevante y no había ninguna enfermedad mental» cuando le visitaron, y han remarcado la diferencia entre la drogodependencia –el consumidor genera tolerancia y sufre abstinencia, lo que descartan en el acusado– y el consumo crónico de drogas –en el que el adicto «sabe que tiene un problema pero continúa tomando»–.

Otros dos psiquiatras, contratados por la defensa como peritos privados, han mantenido que el acusado sí estaba drogado durante el crimen: «Lo baso en que hubo agresividad, ideación paranoide, ilusión visual», y a preguntas de la acusación ha explicado que se basa solo en lo que le ha contado el acusado.

«Es una persona con una politoxicomanía», ha sostenido el psiquiatra contratado como perito por la defensa, que ha destacado el consumo de alcohol y cocaína, y el informe pericial privado también mantiene que el acusado puede tener un trastorno límite de la personalidad, lo que los psicólogos del Imelec han tachado de imposible.

Ambos informes han discrepado en la posibilidad de que una persona que haya consumido grandes cantidades de cocaína esté aparentemente en «estado normal» como han relatado los técnicos del SEM y como aparece el acusado en las grabaciones de las cámaras de seguridad: los psicólogos del Imelec han afirmado que sería incompatibles, y los peritos de la defensa han dicho que sería posible.