La correspondencia de Goya y Martín Zapater muestra la faceta más cotidiana del genio

La doctora en Historia del Arte y profesora de la Universidad de Zaragoza, Carmen Abad, ha manifestado que la correspondencia mantenida entre Francisco de Goya y su amigo Martín Zapater revela «la faceta más cotidiana del genio».

Abad ha ofrecido este lunes la videoconferencia ‘Vivir en tiempos de Goya’, la segunda del ciclo ‘Goya: un pintor genial’, organizada por Fundación Ibercaja y la Real Sociedad Económica Aragonesa de Amigos del País.

La videoconferencia ha sido presentada por el patrono de Fundación Ibercaja, Domingo Buesa, quien ha subrayado la importancia de dar a conocer «el lado más humano de la persona de Goya a través de los conocimientos culturales de la época que le tocó vivir». Se puede ver en el canal YouTube de la citada fundación.

Por su parte, la ponente ha relatado que Goya «no fue un pintor de escenografía, pero se revelaba como un estratega casero» ya que en las cartas que intercambió con Martín Zapater «hablan de la compra de sillas, así como de un catre que Martín Zapater encargó a Goya y del chocolate que este último le pidió a su amigo».

Según la historiadora, «en esa correspondencia aflora la dimensión más cotidiana del genio, cuya biografía está marcada por varias mudanzas, enfermedades y su ascenso». Para la especialista, «en la distancia forzosa de los dos amigos, los objetos eran el vehículo de las emociones que no podían profesarse en persona», unas cartas «que son el retrato de una profunda amistad».

MODERNO

Abad ha señalado que la correspondencia y las obras de Goya «reflejan los cambios de hábitos de consumo de su época» ya que el artista era moderno en sus aspiraciones materiales, y así lo muestran algunas obras como ‘La feria de Madrid’ o ‘El cacharrero’, en las que se observa «su atracción por la novedad».

En la primera obra, se puede contemplar un canterano, mueble para guardar prendas de vestir que cambió los interiores del siglo XVIII y que, con las cómodas, rompió la hegemonía de las arcas roperas. En la misma obra, encima del canterano, se observa un espejo.

Al respecto, Abad ha contado que estos objetos y las cornucopias «renuevan la iluminación artificial de las casas» y «se utilizaban para multiplicar los efectos de las velas encendidas».

La profesora ha apuntado que en la obra ‘El cacharrero’ Goya pinta artículos de loza hechos de manera seriada, otra moda de la época, como lo era también utilizar las botellas de vidrio oscuro para servir los vinos. Una de estas botellas, que sustituyeron a frascos o cantimploras metálicas, la reproduce Goya en su obra ‘La pradera de San Isidro’, ha agregado.

Abad ha destacado el esmero de Goya en la reproducción de la lencería de cama, como puede admirarse en su autorretrato estando enfermo, donde la delicadeza de la lencería contrasta la dureza de la escena, y en ‘La maja desnuda’. Abad ha afirmado que las muselinas de algodón orientales «causaron furor en esa época, en especial la muselina blanca de Dhaka, cuya elaboración se consideraba una proeza».

Los canapés o los sofás tapizados en los que Goya sienta a los retratados, como a Antonia Zárate o a la condesa de Altamira muestran cómo el pintor traduce a pigmento los colores de moda de la decoración, el amarillo y el azul, colores que podían mostrar distintas gamas, cada una con un nombre.

MUEBLES

La historiadora ha explicado que la obra de Goya también muestra cómo en las viviendas españolas del siglo XVIII se multiplicó el uso de muebles de asiento. Así, para sus retratos de aristócratas «los utiliza de inspiración francesa, tallados y tapizados; a veces, taburetes de respaldo que tienen el asiento de anea encordada».

Este último es el que aparece en el retrato de Sebastián Martínez y Pérez, «burgués de gustos exquisitos que se manifiestan en su elegante atuendo».

El ciclo de conferencias ‘Goya: un pintor genial’ incluye diez sesiones sobre la vida y la obra del artista y su influencia en creadores y movimientos posteriores. Continuará el 26 de abril con ‘La influencia de Goya en la pintura española del siglo XIX. Del romanticismo a Picasso’, videoconferencia que impartirá el jefe de Conservación de Pintura del siglo XIX del Museo Nacional del Prado, Javier Barón Thaidigsmann.