SEPAR: Las vacunas son «seguras y eficaces» para pacientes con problemas respiratorios

La Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) ha elaborado un documento sobre ‘Recomendaciones sobre la vacuna para la COVID-19 en las enfermedades respiratorias’, publicado en ‘Open Respiratory Archives’, en el que asegura que las vacunas para la COVID-19 no solo son «seguras y eficaces», sino que, en aquellos pacientes vulnerables con enfermedades respiratorias crónicas, son «prioritarias».

Las recomendaciones del documento han sido elaboradas por un grupo multidisciplinar de expertos en la materia, entre ellos de Neumología, Cirugía Torácica, Enfermería, Microbiología, Inmunología, Medicina Preventiva, Epidemiología y Salud Pública, a propuesta del Área de Tuberculosis e Infecciones Respiratorias (TIR) de SEPAR, tras la revisión de la literatura recopilada, y de la información aportada por distintas sociedades científicas, agencias del medicamento y estrategias de organismos gubernamentales hasta la fecha.

El documento resultante que las recoge tiene como objetivo ayudar al personal sanitario y a los pacientes respiratorios más vulnerables frente a la COVID-19 y al personal sanitario en la toma de decisiones sobre cómo actuar en la vacunación de estos pacientes. «La implicación activa de los profesionales sanitarios que manejan estas patologías en la estrategia de vacunación es clave para lograr una buena adherencia y coberturas vacunales elevadas», ha dicho el primer firmante del artículo, Felipe Villar.

También a los pacientes con patologías respiratorias más vulnerables porque, a través de este trabajo, SEPAR recuerda y que los síntomas más prevalentes debido al SARS-CoV- 2 son los respiratorios, por lo que se debería prestar especial atención a estos pacientes.

«El tabaquismo ha sido reconocido como un factor de riesgo importante que produce una forma clínica más grave de la COVID-19 y que lleva a que, con mayor frecuencia, estos pacientes ingresen en Unidades de Cuidados Intermedios Respiratorios (UCRI) y Unidades de Cuidados Intensivos (UCI), sean intubados y fallezcan. Dado que los efectos del SARS-CoV-2 son más graves en personas con historial de tabaquismo y de algunas enfermedades respiratorias crónicas, en estas es más importante llevar a cabo una adecuada y pronta vacunación», ha dicho Villar.

Según recuerda el documento, a fecha del 3 de marzo de 2021 existen registradas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) 240 vacunas candidatas, 63 actualmente están en fase de evaluación clínica y 177 en fase preclínica. De ellas, 11 están, al menos, autorizadas en un país del mundo y otras 22 en ensayos de fase III.

Los diseños de vacunas existentes, más avanzadas en cuanto a su desarrollo, son las basadas en ácido ribonucleico mensajero (ARNm), como la Pfizer/BioNTech y Moderna Therapeutics; vacunas vectorizadas, basadas en adenovirus del chimpancé (Universidad de Oxford/AstraZéneca) y adenovirus humanos (Janssen) o la vacuna rusa Sputnik, cuyo vector viral está basado en dos adenovirus distintos en cada dosis; y vacunas de virus completos inactivados y que no pueden replicarse (vacuna china Coronavac).

Además, también existen vacunas de subunidades recombinantes en las llamadas Virus Like-Particles (VLP), que son partículas que imitan una partícula viral, pero «vacías» de material genético, por lo que no pueden replicarse y en las que se depositan antígenos víricos seleccionados como dianas y que son tan seguras como las inactivadas, aunque necesitan adyuvantes o amplificadores de la respuesta inmunitaria (es el caso de la vacuna americana Novavax); y, por último, hay vacunas candidatas genéticas en formato ADN y otras basadas en utilizar ARNm autorreplicantes y virus atenuados.

Aunque todas estas vacunas presentan ventajas y limitaciones, respecto a su inmunogenicidad y seguridad y capacidad de producción, entre otras, el documento de SEPAR es claro y aporta un amplio número de recomendaciones.

Ante este escenario, en el documento se señala que los pacientes con enfermedades respiratorias crónicas deben vacunarse frente a la COVID-19, dada la eficacia y seguridad de las vacunas actualmente aprobadas; y que en pacientes con enfermedades respiratorias no se debe retrasar la vacunación ni suspender el tratamiento habitual, salvo infección activa o agudización.

Asimismo, se asegura que la vacunación frente al SARS-CoV-2 no interfiere con la vacunación antigripal ni antineumocócica, por lo que estas deben de seguir administrándose; que los pacientes con antecedentes de infección previa por SARS-CoV-2 confirmada deben vacunarse de acuerdo a las normativas vigentes; y que la recomendación del uso preventivo de paracetamol u otros fármacos, para reducir la incidencia de efectos adversos viene dada por las características clínicas del paciente y las normativas vigentes.