La crisis triplica los usuarios sin ingresos atendidos por Cáritas en Barcelona

Las personas sin ingresos atendidas por Càritas Diocesana de Barcelona se han multiplicado por 2,6 desde el inicio de la crisis del coronavirus: han pasado de ser el 8,2% de los usuarios en febrero de 2020 al 21,2% en febrero de 2021, cerca del triple.

Así lo ha indicado este lunes el director de la entidad, Salvador Busquets, durante la presentación de los datos de la tercera oleada del informe sobre el impacto del Covid-19 en los hogares atendidos por Càritas: «Esta no es sólo una crisis sanitaria, también es social».

También han participado en el acto el arzobispo de Barcelona, el cardenal Juan José Omella; la jefa de análisis social e incidencia, Miriam Feu; y el director del Museu Diocesà de Barcelona, Robert Baró, que ha presentado una exposición sobre la labor de la entidad durante la crisis.

Según Càritas, cerca 5.500 personas atendidas por la organización viven sin ningún tipo de ingreso a causa de la crisis, y unas 17.500 viven en situación de pobreza severa, lo que supone más del 66% del total de hogares atendidos por la entidad, un 19% más que hace un año.

«Este empeoramiento no se puede entender de manera aislada, está enmarcado en esta crisis global pero también en una situación previa caracterizada por una gran fragilidad provocada por un sistema socioeconómico generador de desigualdades», ha sostenido Feu.

«Si bien hay una mejora de los datos epidemiológicos y en el avance en la campaña de vacunación, no habrá un remedio a corto plazo que ayude a bajar el nivel de precariedad que ha dejado la Covid-19», ha afirmado Busquets, que ha pedido soluciones conjuntas a la crisis.

También Omella ha pedido trabajar conjuntamente para vencer a la pandemia: «Si no vamos juntos, la pobreza se cronificará y la separación entre ricos y pobres será mayor; necesitamos una economía de solidaridad, como dice el Papa, dónde el centro sea la persona».

FALTA DE PRESTACIONES

Càritas ha advertido que prestaciones como la Renta Garantizada de Ciudadanía (RGC) o el Ingreso Mínimo Vital (IMV) «no están llegando a sus destinatarios», en palabras de Feu, que ha lamentado que solo el 4,4% de sus usuarios reciben la RGC y sólo el 2,1% el IMV.

«El IMV sólo existe sobre el papel; muy pocas familias están pudiendo acceder a él», ha asegurado la jefa de análisis e incidencia de Càritas, que ha explicado que las personas en situación irregular no pueden solicitar la ayuda a causa de su situación.

Según Feu, además, existe un «problema de desconocimiento y falta de difusión» de las ayudas: el 58,5% de las familias que han atendido durante la pandemia no sabían lo que era la RGC, y el 14,2% no saben cómo solicitarla.

«Más allá del trabajo que podemos hacer nosotros, es muy importante activar estas ayudas», ha afirmado Busquets, que ha indicado que Càritas ha hecho un gran esfuerzo económico durante la pandemia y prevee cerrar el 2020 con cerca de 4 millones de déficit.

PRECARIEDAD

La entidad ha recordado también que 13.000 de sus usuarios no pueden asumir los costes de los suministros, y el 16% de las familias –cerca de 3.900– se han visto obligadas a cambiar de domicilio para disminuir los gastos.

«En un momento en que los responsables públicos recomiendan que nos quedemos en casa, es insólito que muchas familias tengan que verse forzadas a cambiar de vivienda por motivos económicos», ha lamentado Busquets.

El director de Cáritas ha querido recordar también que el 64,1% de los hogares atendidos por la organización no disponía de un hogar digno en septiembre de 2020, con cerca de un 40% de las familias en habitaciones de realquiler.