Proyecto Esperanza detecta un aumento de víctimas de trata españolas

El Proyecto Esperanza de la Congregación de Religiosas Adoratrices atendió a 248 víctimas de trata en 2020, en medio de la pandemia de la Covid-19, y ha detectado seis mujeres españolas víctimas, el doble que el año anterior, y casi el doble de casos de trata interna, que han pasado de 10 en 2019 a 19 en 2020, según la memoria anual de la entidad.

«Destacamos este año el aumento de víctimas de trata españolas que hemos atendido, cuyo número se ha duplicado, pasando de 3 casos de 2019 a 6 casos en 2020, que representan el 43% del total de mujeres europeas detectadas por la organización», ha explicado la directora de Proyecto ESPERANZA, Ana Almarza.

Además, han detectado un incremento de casos, con respecto al año anterior, en los que España es país de origen o captación para trasladar a mujeres a otros países con el fin de someterlas a explotación en el extranjero. En 2019 fueron 3 casos mientras que en 2020, han atendido 8 casos, casi el triple.

En todo caso, la directora de Proyecto ESPERANZA precisa que, por los datos con los que cuentan, no pueden afirmar que la crisis provocada por la pandemia haya sido «la causa directa» del aumento de casos de trata con origen en España, pero lo que sí han constatado es que «desde que se decretó el Estado de Alarma, en el mes de marzo, se han detectado más casos».

SOSTENER LA INTERVENCIÓN EN MEDIO DEL COVID

En medio de la pandemia que «ha marcado el año», Almarza ha defendido el trabajo que han realizado con «flexibilidad y compromiso por parte de todo el proyecto». «Fuimos tomando conciencia a medida que el periodo de confinamiento se alargaba. Junto a la adaptación a la situación y la falta de medios inicial, fuimos siendo conscientes de la emergencia social subyacente. El equipo ha sido capaz de sostener toda la intervención», ha subrayado Almarza.

Además, ha precisado que son conscientes de que la situación de crisis continúa y, por ello, seguirán generando estrategias y herramientas para atender las situaciones que están emergiendo en este nuevo contexto.

De la memoria también se desprende que el 58% de mujeres víctimas de trata atendidas en 2020 tenía entre 18 y 30 años, y en cuanto al país de origen, en su mayoría eran de Nigeria (49), Colombia (41), Venezuela (16) y Paraguay (15), aunque también de Guinea Ecuatorial, República Dominicana o Perú, entre otros.

La responsable del departamento de Detección e Identificación, Margarita García Alemany, ha precisado que en 2020 observaron «un nuevo modus operandi» por parte de las redes de trata de América Latina, en el que «el abuso de la situación de vulnerabilidad de las víctimas se convertía en el medio principal de sometimiento, suponiendo en muchas ocasiones una gran dificultad a la hora de identificar los indicios de trata y, por tanto, de perseguir el delito penalmente».

Asimismo, tal y como refleja el documento, Proyecto Esperanza atendió 233 comunicaciones en relación con posibles casos de trata, en 146 de las cuales se detectaron indicios de poder estar ante presuntas víctimas de trata.

Además, el Servicio Jurídico atendió a 115 mujeres víctimas de la trata para facilitarles el ejercicio efectivo de sus derechos, el acceso a la justicia y a una situación administrativa regular. El 50% de ellas adquirió estatus legal y al 5% se le concedió el Estatuto de Asilo.

La abogada del Proyecto Eva Sancha ha apuntado que la mayor dificultad este año ha sido el COVID-19. «Todo se paralizó, pero las situaciones de necesidad y desesperación de las mujeres no. La cuestión de no tener pasaporte o documentación para enviar dinero a sus países, o para hacer trámites básicos, no ayudaba al mensaje que intentábamos trasladarles de paciencia ante falta de citas para presentar documentación o para renovar», ha explicado.

1.202 VÍCTIMAS ATENDIDAS EN 20 AÑOS

Entre 1999 y 2019, Proyecto Esperanza ha atendido a 1.202 víctimas de trata, de 74 nacionalidades diferentes, adoptando una perspectiva de derechos humanos, intercultural y de género.

El Proyecto ESPERANZA ofrece un apoyo especializado e integral desde una propuesta que promueve el empoderamiento de las mujeres. El área de intervención directa gira en torno a la provisión de casas de acogida con la cobertura de necesidades básicas y en torno a los servicios de información y apoyo especializado en el ámbito médico, psicológico, educativo, jurídico y socio laboral, que se prestan desde el Centro Día.

El departamento de trabajo social, que ha atendido a 170 mujeres en 2020, se proyecta, desde la identificación hasta la autonomía. Un 43% de las mujeres participan en el programa de Atención Integral integrado en la Red de Centros y Servicios para Mujeres de la Dirección General de Igualdad (DGI) de la Comunidad de Madrid.

El 23% acceden a las plazas de acogida temporal e intervención social pertenecientes al Sistema de Acogida de Protección Internacional del Ministerio de Inclusión, Migraciones y Seguridad Social (subvención FAMI); un 30% de ellas han realizado un itinerario en el programa de formación y empleo; cinco mujeres (2%) han sido beneficiarias del Programa de Alquiler Social (PAS) y otras cinco mujeres (2%) se han acogido a un Retorno Voluntario y Seguro.

Además, de los datos de la memoria de este años se desprende que en 2020 se atendió a 37 mujeres, tanto en servicios residenciales en sus tres fases de acogida, como en el Centro Día. En concreto, 21 de las mujeres que accedieron a la I Fase de Acogida y Restablecimiento presentaron mejoría en los 10 primeros días. El nivel de ocupación ha sido del 75% a lo largo del año. El domicilio es anónimo y confidencial.

UNA MUJER HA OBTENIDO EL TÍTULO DE LA ESO

Por otra parte, el departamento de Formación y Empleo atendió a 22 mujeres, 10 de las cuales han finalizado un curso de camarera y ayudante de cocina de 4 meses de duración, y cinco mujeres han finalizado el curso de certificación profesional socio sanitario de 5 meses de duración. El 20% de las mujeres han conseguido un empleo en su sector. Además, una mujer ha finalizado los estudios de la ESO y cuatro más han optado por iniciar también este itinerario.

«Una consecuencia directa de la situación de la emergencia sanitaria ha sido la adaptación y aprendizaje ‘forzoso’ de las nuevas tecnologías tanto por parte de las mujeres para poder completar y finalizar los cursos formativos, como de las profesionales. Más que nunca, la capacitación y formación de las mujeres se ha convertido prácticamente en la única estrategia para poder encontrar trabajo en este contexto de crisis», ha destacado la coordinadora del Área de Intervención Directa, Iris Rodríguez.

Asimismo, en 2020, 66 mujeres recibieron apoyo en el servicio de orientación o mediación social y sanitaria, así como información y orientación para favorecer una buena alimentación, higiene, descanso y la práctica del ejercicio físico. En cuanto al Servicio Psicológico, el 57% de las mujeres atendidas mejoraron su salud. También se han impartido 61 talleres grupales con la participación de 23 mujeres sobre temas como: sexualidad, derechos, empleo, mindfullness, prevención de ETS, etcétera.