Cuando hay un córner a favor, el movimiento es automático. Luis Enrique se sienta y Jesús Casas, su segundo en la Selección española, se levanta (sólo una persona puede estar de pie en el área técnica). Casas es el supervisor de las jugadas de estrategia, pero de la que, a ojos de todo el mundo, no funcionó como se esperaba a una rival a priori factible como Georgia.
Porque a pesar del resultado favorable (1-2 in extremis), la Selección española de Luis Enrique dejó mucho que desear. Con un juego bajo mínimos, lo cierto es que se vieron grandes fallos en un partido que debería haber sido mucho mejor y más fluido para la clasificación del Mundial. Es por esto que ahora todo apunta a que el proyecto del seleccionador no da confianzas ni garantías. Lo repasamos.
3Muchas de las variantes utilizadas en esta Selección española no funcionan: la incógnita del combinado nacional
Porque cuando parecía que el partido no daría más de sí y que España se tendría que conformar (y complicar) la vida con un triste empate, llegó el zarpazo de Dani Olmo. Fue entonces cuando Luis Enrique se vio como uno más en la montonera que se generó en las inmediaciones del banquillo español.
"He estado a punto de infartar", se sinceraba Luis Enrique ante los micrófonos de Televisión Española. “Nos jugábamos mucho, el partido se había puesto mal y perdíamos confianza en cada pase". Y quizá ahí esté el siguiente de los errores y fallos del de la selección española.
La realidad es que muchas de de las variantes utilizadas no dieron el resultado esperado, y aunque sí que hubo jugadores que se reivindicaron ante las dudas, el resto de la convocatoria del seleccionador no convence y, además, parece que restó importancia al partido a la vista del once que puso de inicio. La falta de un bloque sólido hace que el juego de España sea una incógnita y la prueba está en los dos últimos encuentros, en los que o ha faltado gol o, directamente, el equipo se ha hundido.





