Caracterizado por su 'jogo bonito' y por su eterna sonrisa, Ronaldinho se encuentra en uno de los momentos más difíciles. Tanto, que esa sonrisa cautivadora y llena de magia que nos hizo disfrutar en los campos de juego ya no se da. O al menos no tan fácil. Mucho tiene que ver el fallecimiento de su madre, Doña Migelina, víctima de coronavirus.
La madre de la leyenda se despidió a los 71 años de edad. Ahora, Ronaldinho atraviesa un duro bache emocional que preocupa a muchos: fiestas descontroladas, alcohol, depresión... pero no es sólo de ahora. Repasamos las malas decisiones del brasileño que acabaron con una carrera que podía haber sido mucho más.
4Los excesos y una mala vida llena de vicios le pasaron factura
Esto nos lleva a un importante conflicto que tenía a 'Ronnie' como el más perjudicado. Porque detrás de tanto jolgorio, fiestas, y momentos extradeportivos, había un hombre derrumbándose por dentro. Cuentan que unas Navidades alguien se pasó a felicitarle por casa y se lo encontró totalmente solo, sin nadie con quién celebrar la Nochebuena.
A partir de su paso por Europa comenzaron los problemas, cuando llegó a Barcelona era una estrella y comenzó a llevar una vida llena de vicios, la cual terminó perjudicándole tanto que en 2016 ya no tenía ni donde vivir.
Los excesos y mala vida que llevaba Ronaldinho se vieron reflejados en su carrera, la cual fue decayendo poco a poco. Tras su periplo en Milán después del FC Barcelona, en 2012 llegaba a Flamengo donde consiguió tres títulos, uno de liga y dos de Copa. Su carrera siguió en el Atlético Mineiro, lugar en el que dejó una gran huella al conseguir el Campeonato Mineiro, Copa Libertadores (2013) y Recopa Sudamericana (2014). Aún así, su penúltimo paso por México no resultó de su agrado, y terminó por optar a un lugar alejado de los terrenos de juego.





