Caracterizado por su 'jogo bonito' y por su eterna sonrisa, Ronaldinho se encuentra en uno de los momentos más difíciles. Tanto, que esa sonrisa cautivadora y llena de magia que nos hizo disfrutar en los campos de juego ya no se da. O al menos no tan fácil. Mucho tiene que ver el fallecimiento de su madre, Doña Migelina, víctima de coronavirus.
La madre de la leyenda se despidió a los 71 años de edad. Ahora, Ronaldinho atraviesa un duro bache emocional que preocupa a muchos: fiestas descontroladas, alcohol, depresión... pero no es sólo de ahora. Repasamos las malas decisiones del brasileño que acabaron con una carrera que podía haber sido mucho más.
3La caída de Ronaldinho tras el Barça fue dolorosa
Ronaldinho fue clave para alcanzar la decimoséptima Liga española para el FC Barcelona, anotando un total de 9 goles y siendo una pieza fundamental para el conjunto culé en el tramo decisivo de la temporada. La afición barcelonista vio como, tras la llegada de Ronaldinho, el equipo volvió a soñar en grande. Pero, por desgracia, se quedó corto. O al menos más corto de lo que querían (y pensaban).
Lo tuvo todo para ser uno de los mejores de la historia y se quedó en un jugadorazo que apenas duró cuatro o cinco años. La fiesta y una dejadez pasmosa transformaron su figura y le hicieron convertirse en jugador de equipos de segunda fila. Su salida del Barça puede suponer un punto de inflexión para Ronaldinho, aunque su caída en picado ya había empezado unos años antes.
Porque, a diferencia de otros jugones de la actualidad, él no miraba el dinero. No escatimaba en gastos. Sus fiestas podían durar días y nunca tenía problemas en tirar del carro. Así, mientras los Xavi, Iniesta o su amigo Messi triunfaban en el FC Barcelona, él prolongó su carrera por Atlético Mineiro, Querétaro o Fluminense.





