En la noche del miércoles, el FC Barcelona puso fin a su aventura en Champions ante la eliminatoria de octavos con el PSG de Mbappé, Pochettino y Di María. Un encuentro el de vuelta en París que, pese a que se vio una diferencia notoria en el juego frente al de ida, la distancia era insalvable. Se cerró un empate de 1-1 (global de 5-2) con un golazo de Leo Messi... pero que no causó más emoción.
Es por esto que, como ya ocurriera con otros jugadores en la historia, o su mismo y máximo rival, Cristiano Ronaldo, Leo Messi parece cada vez más cuestionado, fuera del juego... con un ritmo menor... O al menos aquí en Barcelona. Quizás en Francia o en Manchester puede ser distinto. Ahora bien, ¿por qué el argentino ya no es el mismo? Lo repasamos.
1Ante el PSG, el FC Barcelona no pudo encomendarse a Leo Messi, y van...
No había examen más difícil que ese para rendir. Iban los primeros 20 minutos del primer tiempo y el FC Barcelona tenía que hacerle cuatro goles al PSG para dar vuelta la historia. Eran muchos los barcelonistas que, como ya ocurriera en 2017, se encomendaron a Leo Messi. La diferencia es que, por entonces, el equipo era más temido de lo que es hoy, y donde al '10' argentino le acompañaba el mejor Neymar.
Así, en aquella eliminatoria, el brasileño se cargó el equipo al hombro y confió en lo imposible: golazo de tiro libre para tomar envión, se hizo cargo del penalti y le dio un empujón más a la utopía. Y cuando ya iban cinco minutos de tiempo adicionado, puso paños fríos en el momento más caliente y en lugar de tirar el último centro de compromiso, dibujó un pase de emboquillada exquisito para la entrada de Sergi Roberto. Del 0-4 en París al 6-1 en Barcelona. Eran otros tiempos, claro.
Pero esta vez no fue así. Los culés no pasaron del empate a 1 final, donde los parisinos (sin la presencia de Neymar pero sí de Mbappé), lograron el pase de Champions. Era la puntilla a una debacle. La de Leo Messi. Porque, a pesar de la dificultad del encuentro, muchos suspiraban porque el rosarino pudiera hacer de las suyas. Sí, metió un golazo lleno de rabia, pero no fue suficiente...
