Vox ha pedido amparo en el Congreso para condenar los ataques que están sufriendo sus militantes y dirigentes en sus actos de campaña en Cataluña pero, de momento, su demanda no ha tenido éxito al no sumar el apoyo de ningún otro partido de la Cámara.
Así lo ha explicado la secretaria general del grupo parlamentario de Vox, Macarena Olona, en una rueda de prensa en el Congreso tras la reunión de la Junta de Portavoces, en la que han planteado que se aprobara una declaración institucional de condena esas agresiones.
Olona ha señalado, primero en la red social Twitter y después ante los medios, que ha intentado que los demás grupos suscribieranuna declaración institucional de condena «de la violencia, el odio y el totalitarismo» que vienen rodeando los actos públicos de Vox en Cataluña.
Dado que esta semana no hay sesión plenaria, precisamente por la campaña catalana, Olona ha pedido que fuera la propia Junta de Portavoces la que la aprobase esa condena. Según ha detallado la diputada, la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, ha indicado que si todo el mundo daba su conformidad el texto se podía votar, pero finalmente no ha sido así porque el resto de grupos ha guardado «silencio».
Así las cosas, siempre según el relato de Olona, Batet ha señalado que la propuesta se llevaría a la sesión plenaria de la semana que viene, que ya tendrá lugar tras las elecciones catalanas. En el Congreso, las declaraciones institucionales solo pueden salir adelante si cuenta con unanimidad.
LA ERTZAINTZA COLABORÓ, LOS MOSSOS, NO
Olona ha recordado que tampoco el pasado mes de junio ningún partido se sumó al manifiesto ‘Por la libertad y la democracia’ impulsado por su formación, así como las dificultades que tuvieron para hacer campaña en el País Vasco, aunque ha resaltado que allí la Ertzaintza sí desplegó «operativos policiales adecuados» en cada momento.
No está sucediendo así en Cataluña, según ha denunciado, porque el conseller de Interior, Miquel Sàmper, ha dado «la orden política» de que los Mossos de «mantengan de brazos caídos», no despliegan cordones de seguridad en sus actos, y ponen en «riesgo la vida» de todos los que acuden a ellos.
Olona, ha vuelto a arremeter también contra el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, tachándole de «indigno» y volviendo a pedir su dimisión por haber «convertido a Vox en objeto de los violentos» al calificarles de «fascistas».
«Todo lo que ocurre en Cataluña es culpa directa de su innacción», ha insistido, incidiendo en que «la equidistancia de unos, la tibieza de otros, el silencio o directamente la demonización de Vox» es lo que está provocando que sean objeto de agresiones. «Se cosifica, se deshumaniza y a partir de ahí, todo está justificado», se ha quejado.
ERC TAMBIÉN RESPONSABLES
Y también ha aprovechado Olona para recriminar al PP su «bochornosa» abstención en la moción que Vox llevó en septiembre al Pleno del Congreso en favor de unas «elecciones libres, pacíficas y sin violencia».
Sobre las agresiones a Vox en Cataluña se le ha preguntado en rueda de prensa al portavoz de ERC, Gabriel Rufián, quien ha contestado que «al fascismo se le combate en la urnas». Olona ha dicho estar de acuerdo, pero subrayando que Vox «no es un partido fascista», y acusando a Rufián de ser «unos de los grandes responsables» de los ataques a sus militantes por dirigir una formación que «delinque», es «totalitaria» y «alienta a sus cachorros a salir a las calles para cometer agresiones».
De su lado, el secretario general del Grupo Socialista en el Congreso, Rafael Simancas, ha asegurado que desde el PSOE condenan «cualquier acción violenta que pretenda impedir el libre ejercicio de la expresión en campaña o fuera de la campaña electoral».