Bar Cock, la coctelería de las mil y una historias de Madrid

  • Bar Cock abrió sus puertas en 1921 y desde entonces ha acogido a poetas, intelectuales, actores y miembros de la realeza.
  • En 1985, al morir Chicote, su sobrino traspasó el negocio a los actuales propietarios, Teresa Nieto, José Astiárraga y Patricia Ferrer.
  • Situado en la calle de la Reina, en él se pueden degustar tanto combinados clásicos como últimas creaciones.

Cada vez son menos, pero en Madrid todavía quedan un puñado de locales que han sido testigos de la historia de la capital, mudos ante los cambios de época y que guardan los secretos de quienes hicieron codo en barras que conservan el lustro pese al paso de las décadas. Es el caso del Bar Cock. Situado en la parte de atrás del famoso Chicote, en los aledaños a la Gran Vía, en otros tiempos fue una especie de reservado de éste para los clientes más selectos, ya que, según dicen, ambos locales están conectados a través de una chimenea. Por él han pasado actores de Hollywood, artistas de todo tipo, políticos, personajes de la farándula y la realeza… protagonizando historias que siempre quedarán entre sus paredes, porque Bar Cock mantiene a raya su privacidad.

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Bar Cock

Ellos mismos, con el orgullo del trabajo bien hecho, ese que es perenne a los vaivenes de la vida, relatan su historia, que se ha ido tejiendo poco a poco, con los personajes, conocidos y anónimos que frecuentaron el Cock. Todo comenzó en 1921. Emilio Saracho y Perico Chicote viajaron de Madrid a Londres en busca de elementos mobiliarios de un genuino Club inglés para inspirar la decoración de un nuevo local especializado en cócteles. Lo que no sabían es que también estaban dando con la combinación de un lugar irrepetible que parecía un bar pero se convertiría en un museo de historias.

Intelectuales, poetas y políticos

El primer dueño del Cock y su barman jefe trajeron piezas inglesas originales que todavía se conservan y que, junto con los altísimos techos, la imponente chimenea y las flores frescas, distinguen este local situado en un palacete francés de la Calle de la Reina como uno de los de más solera de Madrid. “En esta primera etapa, que duró hasta la Guerra Civil, la coctelería Cock quitaba la sed a intelectuales, poetas y políticos y en su barra se discurrían teorías de todo pelaje auspiciadas por la inestabilidad política y las tensiones sociales del primer tercio del siglo XX. Allí podía verse escribir a Mihura, pensar a Buñuel o presumir a Dalí”, detallan.

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En 1945 lo adquirió Perico Chicote, que mantuvo las tertulias literarias y políticas a la vez que conseguía hacerlo más mundano. Durante aquellos años, por el Cock (o por su misterioso sótano privado) pasó todo el mundo, desde Eisenhower hasta John Wayne. Por supuesto Hemingway o Dominguín. Las letras, el arte, la nobleza, los financieros, la farándula, los toreros y sus conquistas… Y la gente del cine. Si hubo un Hollywood madrileño, se divirtió en el Cock: Ava Gardner, Frank Sinatra, Audrey Hepburn, Samuel Bronston… Durante los años cincuenta y sesenta, el Cock, junto con Chicote, fueron los escenarios de esa bohemia pasional, alegre y trágica descrita en la literatura y el cine y que dio paso a un tiempo más canalla de meretrices guapas, timbres en las mesas -que aún se conservan- y biombos guardianes de la intimidad de personajes conocidos y anónimos pudientes.

Cambio de dueños en 1985

En 1985, al morir Chicote, su sobrino traspasó el negocio a los actuales propietarios, Teresa Nieto, José Astiárraga y Patricia Ferrer. Ellos han regentado la tercera vida del Cock. Y de ese reto al tiempo que fueron los años ochenta, el bar es uno de sus pocos supervivientes.

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Dicen sus dueños que destino del local debe ser la mezcla imbatible de tradiciones, personajes y anécdotas. Desde 1986 celebra una fiesta al finalizar ARCO en la que se reúnen artistas, galeristas, artistas y coleccionistas de todo el mundo que, copa en mano, finalizan su expedición cultural contemplando la colección de gallos dedicados expuestos en el pasillo que conduce al baño y firmados por decenas de artistas como Ceesepe, Fernando Valero o Francis Bacon, asiduo del bar, que tomó sus últimos Dry Martini en el Cock.

Testigo de la historia

En este punto ya queda claro que dentro del Cock pasan cosas y ver a Bacon bebiendo el cóctel perfecto puede ser tan excitante como contemplar a Jodie Foster comiendo bocadillos de jamón con champán, ser testigo de cómo Pachi le afea la conducta a la bella Naomi Watts por bailar prescindiendo del decoro o mirar a George Clooney dejándose entrar por los clientes. “Pero como el Cock no es un bar como los demás, también pasan cosas en su puerta (infranqueable seas quien seas si el número de amigos que está dentro apunta a aglomeración) así que cualquier viandante atento puede haber observado cómo Barceló casi se queda sin entrar por intentar hacerlo mientras jugaba con una naranja o cómo un cliente, al coincidir con su admirada Susan Sontag, decidió escribir su nombre en la puerta, por no hablar de la vez en la que la realeza europea en tropel se amontonó para entrar tras las boda de los Príncipes de Asturias o el día en que el equipo de seguridad de Simón Peres pretendía impedir entrar a José”, aseguran.

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De estas y otras historias no hay fotos ni las habrá porque el Cock preserva con pulcritud la privacidad de todo el que lo visita, de modo que o has estado aquí o te lo han contado las paredes. Y si las paredes del Cock hablasen, hablarían de Harrison Ford, Clive Owen, Dennis Quaid, Frances McDormand, Susan Sarandon, los hermanos Cohen acompañados por Almodóvar y cientos de personajes, célebres o no, que eligen la coctelería más antigua de la capital para disfrutar de lo que otro de sus incondicionales, Jorge Berlanga, bautizó como el “último refugio espirituoso de Madrid”.

Aforo limitado

Este palacete francés que conserva su decoración original, de aire antiguo y bohemio, goza de una amplia y fiel clientela, en especial en fines de semana. Sin embargo, para mantener un ambiente tranquilo y agradable, el local mantiene el aforo limitado, lo que hace que puedan formarse colas para entrar. En él se pueden degustar tanto combinados clásicos como últimas creaciones, así como una amplia selección de marcas de vodka, whisky, licores, ginebra, ron o brandy.

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Bar Cock

Como dijo el escritor Ray Loriga: “La leyenda se construye aquí cada noche, ilustres fantasmas apuran sus copas, mientras el futuro se amontona en la puerta, tratando de entrar Decir que hay un bar como el Cock en Madrid, sería decir poco, seguramente no hay un bar como el Cock en el mundo. Aquí no viene esa gente supuestamente guapa que se ve por todas partes, sino esa gente especial que no se ve en ningún otro sitio. Al entrar puede que conozcas a alguien o puede que no, pero al salir te conocerás un poco mejor a ti mismo”. Que así sea.