Personas sin techo valencianos pasan la noche en el pabellón de un colegio por la ola de frío

Una veintena de personas sin hogar han pasado la noche a cubierto en el pabellón deportivo del colegio diocesano Santiago Apóstol del barrio de Marxalenes de Valencia a causa de la ola de frío, a instancias del cardenal arzobispo Antonio Cañizares, a través de Cáritas Diocesana de Valencia y varias entidades benéficas.

Con ayuda de voluntarios y la colaboración de distintas asociaciones benéficas, el pasado viernes medio centenar de personas pudieron ser recogidas de las calles de la ciudad, las cuales aceptaron el ofrecimiento de acogida y fueron derivadas a la Ciudad de la Esperanza, en Aldaia; a la parroquia San Miguel y San Sebastián, de Valencia; al centro de noche San Esteban, gestionado por Cáritas, así como a una vivienda de la propia entidad caritativa.

El pasado viernes durmieron en San Miguel y San Sebastián y contaron con una gran cantidad de mantas y comida aportadas por la feligresía, ha indicado el Arzobispado de Valencia en un comunicado. Al respecto, el párroco de San Miguel y San Sebastián, Juan Andrés Talens, ha destacado que la respuesta fue «fantástica», ya que en menos de una hora «estaba todo preparado, con acopio de víveres y mantas».

El pasado sábado, Cáritas derivó a una veintena de estas personas al colegio Santiago Apóstol, del barrio valenciano de Marxalenes, gestionado por el instituto de vida consagrada Cooperadores de la Verdad, donde pasaron la noche del sábado y la del domingo y donde está previsto que pernocten este lunes y martes.

El director titular del centro educativo y sacerdote miembro de los Cooperadores de la Verdad, el padre Guillermo Ferrís, ha señalado que las personas acogidas han dormido en las instalaciones deportivas del colegio, inauguradas hace dos años, y han estado atendidos en todo momento por voluntarios de las asociaciones implicadas en esta iniciativa, la Fraternidad Voz de los Pobres y la asociación Ca La Mare, junto con Cáritas.

Asimismo, ha precisado que antes del comienzo de la jornada escolar, los acogidos han abandonado el pabellón deportivo y los voluntarios han ordenado y limpiado todo cuidadosamente en el interior del pabellón y han desinfectado las duchas y baños».

Por la tarde, cuando los estudiantes se vayan a sus casas, los acogidos volverán al pabellón del colegio, donde serán nuevamente atendidos por voluntarios y se les dará cena, mantas y ropa para que puedan pasar la noche, tanto este lunes como este martes.

El padre Guillermo Ferrís ha afirmado que esta utilización «excepcional» del gimnasio «implica alguna incomodidad extra» en este tiempo «tan singular» en el que todos los espacios «son necesarios», pero «es mínima en relación al bien primero, que es atender a aquellos que no tienen un techo digno en el que poder guarecerse en estos días de frío extremo».

En principio, está previsto que el centro educativo acoja a estas personas hasta el martes, cuando se espera que las entidades implicadas consigan encontrar un nuevo lugar donde puedan pernoctar.