Illa (PSC) apuesta por superar la «política de trincheras»

El ministro de Sanidad y candidato del PSC a la Presidencia de la Generalitat, Salvador Illa, ha apostado este domingo por superar «la política de trincheras» en Cataluña y avanzar en materia social y económica desde la unidad entre todos los catalanes, sea cual sea su ideología.

Lo ha dicho en una intervención en un encuentro telemático con militantes del PSC junto al primer secretario del partido, Miquel Iceta, en la que se ha ofrecido a liderar una nueva «etapa de reencuentro sin bandas, ni bandos ni bloques» ante las elecciones previstas para el 14 de febrero.

Illa ha asegurado que el PSC es el único partido que puede impulsar esta etapa con un presidente socialista en la Generalitat y otro en la Moncloa, después de unas legislaturas en las que en Catalunya «se ha confundido la valentía con la radicalidad».

Por esa razón, ha apostado por políticas útiles lejos de la polarización y el nacionalismo excluyente, en sus palabras, sin preguntarle a nadie qué se siente, qué es o con quién ha pactado en «tiempos pretéritos».

También ha llamado a hacer de Cataluña un lugar donde no exista «la angustiosa obligación de posicionarse», respetando a las personas que no quieren tomar partido desde el diálogo, el cumplimiento de la ley y la defensa de la libertad, la igualdad, la sostenibilidad y el europeísmo.

«Vamos a dejar atrás esta década perdida de desencuentro doloroso, de querellas inútiles, este viaje a ninguna parte», y ha añadido que en Cataluña –que reivindica abierta, plural y global– no sobra nadie.

Asimismo, ha agradecido a los concejales y alcaldes del PSC haber «resistido» a señalamientos y ataques a sus sedes, y ha asegurado que por su experiencia –fue alcalde de La Roca del Vallès (Barcelona)– quienes han pasado por las instituciones municipales abordan la política de una forma más humana.

«EXILIADO»

Para él, en Cataluña se ha vivido una etapa de bloqueo político en la que ha habido tensiones y señalamientos, algo que considera que ha dificultado la vida social y la actividad económica: «No hay nada peor que sentirse exiliado dentro de tu propio país».

«Lo peor no es cómo nos ven, sino como nos sentimos. No hay nada comparable a la angustia de haber renunciado los unos a los otros. ¿Cuándo dejamos de hablarnos y escucharnos?», ha lamentado.

Ha pedido «devolver a Cataluña a su lugar en España y en Europa» activando su recuperación, en la línea de los objetivos de sostenibilidad e igualdad fijados por la Unión Europea y compartidos por el Gobierno, según ha destacado.

EL PSC Y MIQUEL ICETA

Para Illa, el PSC es un partido transformador, tanto en su proyecto como en su organización, lo que se añade a su bagaje político: «No hay ningún partido en Cataluña que tenga una hoja de servicios en Cataluña y en España como el PSC».

Ha asegurado que el PSC «no es rehén de nada ni de nadie» y ha asegurado que a los socialistas se les conoce en Cataluña por su honestidad política, según él, y por su experiencia de gobierno en las administraciones.

También ha agradecido a Iceta su labor al frente del partido y haber encarnado sus valores e ideales, a su juicio: «Puedes, Miquel, mirar a todos a los ojos», tras lo que han seguido aplausos de los asistentes al acto, a los que el candidato se ha sumado.

REFLEXIONES POR LA PANDEMIA

Ha dicho que se ve preparado para liderar la candidatura del PSC a las elecciones catalanas, especialmente después de haber liderado la gestión de la pandemia desde el Ministerio de Sanidad: «Hace meses ni siquiera podía imaginar estar aquí dirigiéndome a vosotros como candidato a la presidencia de la Generalitat».

En ese sentido, ha mantenido que la pandemia ha puesto de manifiesto el peligro de dejarse llevar por postulados irracionales: «Cuando más imprescindible se hacía la ciencia, aparecían las voces más críticas. Reflexioné mucho sobre el mal que hace la ceguera del fanatismo».

La crisis de la Covid-19 –ha expuesto– también le ha hecho reafirmarse en la reivindicación del Estado del bienestar, algo que ha asegurado que los socialistas han defendido mientras «otros perdían el tiempo con debates identitarios absurdos e inútiles».