Los partidos gallegos arrancan el año con la tarea de pactar la reactivación de Galicia

Los principales partidos gallegos –PPdeG, PSdeG y BNG– arrancan este año 2021 con la principal misión política de tratar de llegar a acuerdos en torno a la reactivación económica, social y cultural de Galicia derivada de la covid-19. Para ello disponen del foro constituido en el Parlamento de Galicia y cuentan con una partida de 115 millones de euros en los presupuestos de la Xunta, bajo el epígrafe de Fondo de Consenso, sobre el que podrán decidir su destino.

La mano tendida para la recomposición de Galicia ha sido una de las expresiones más repetidas en los últimos meses en el hemiciclo gallego, pero casi siempre ha estado acompañada de críticas de la oposición al Ejecutivo que dirige Alberto Núñez Feijóo y reproches del presidente autonómico a la postura que defienden el BNG de Ana Pontón, a la que llegó a acusar de «traicionar a Galicia», y el PSdeG de Gonzalo Caballero, a quien reprocha que «aplauda» todas las decisiones de Pedro Sánchez.

Precisamente, el portavoz parlamentario del PPdeG, Pedro Puy, manifestó en días pasados que la prioridad para el inicio de curso es tratar de elaborar un plan de reactivación desde el Parlamento gallego, al respecto del que confía que salgan «acuerdos puntuales». Con todo, reconoció la dificultad de que haya un pacto global de todas las formaciones políticas, una suposición a la que ha llegado por las manifestaciones expresadas por los distintos líderes políticos.

«Intentaremos llegar a acuerdos», aseguró, en días pasados, Pedro Puy, quien en todo caso reconoció que hay «síntomas» que apuntan a una «falta de acuerdo general». Es más, ha indicado como muestra de ello el hecho de que no se apoyase la tramitación de los textos de la reforma de la ley sanitaria y la de reactivación, esta última con la abstención del PSdeG, postura que achacó a una cuestión de «vergüenza» porque el Gobierno central prepara algo similar.

Pedro Puy dijo que lo «frustrante» no es tanto el voto, sino «el mensaje» que lanza la oposición sobre asuntos como los presupuestos de la Xunta para el año que viene, los cuales tildan de «raquíticos» pese a que crecen un 14 por ciento. A ello, le suma que es la «primera vez que pueden influir en su destino», con el Fondo de Consenso, pero la postura de BNG y PSdeG, dijo, «resulta un tanto decepcionante».

El propio Feijóo, en su discurso de Fin de Año, se refirió a la Galicia del futuro. En unas palabras en las que apeló a la responsabilidad de la ciudadanía, afirmó que «Galicia está preparada para aprovechar las medidas de reactivación que la Unión Europea acordó». «Vamos a hacerlo con responsabilidad y, sobre todo, conscienets de que ningún gallego puede quedar al margen. Si estamos luchando juntos contra la pandemia, juntos volveremos a levantarnos y avanzar», afirmó.

Por su parte, fuentes nacionalistas han confirmado a Europa Press que el trabajo político del BNG estará centrado «en la salida de la crisis sanitaria, económica y social» de la pandemia. Así, el BNG apuesta por la gestión directa de los fondos europeos, una postura que comparte con el presidente Feijóo, y cuantía que los nacionalistas cifran en 12.600 millones de euros.

«Un modelo económico de futuro verde y sostenible, defensa de los servicios públicos, en especial la atención primaria y el derecho a una vejez digna, y un cambio en el sistema de financiación autonómico» son otras de las prioridades políticas para el BNG para el año 2021 que ahora comienza marcado por la recién iniciada campaña de vacunación y por la salida de Reino Unido de la Unión Europea, un Brexit que preocupa a las formaciones políticas.

Por su parte, los socialistas gallegos sitúan también su prioridad en la «acción contra la crisis económica, social y sanitaria», sin renunciar a una «oposición crítica pero constructiva». «Mientras dure esta crisis, la Xunta tendrá nuestra mano tendida para rectificar en sus errores y acertar de cara al futuro», señalan a Europa Press fuentes del PSdeG.

En el ámbito sanitario, esperan que la vacuna permita pasar a un escenario de mayor control y de mayor seguridad frente al virus a lo largo del primer semestre. Por su parte, en lo económico y social, abogan por priorizar la defensa de las personas en situaciones vulnerables y el empleo, cuestión para la que también ven necesario que la Xunta acierte en la defensa del tejido productivo, los trabajadores y los autónomos.

Al igual que PPdeG y BNG, la orientación de los fondos europeos es una de las cuestiones que preocupan a los socialistas, quienes censuran la acción de la Xunta. «Acabamos el año con un Gobierno gallego desnortado y que no ha hecho los deberes», han incidido.

CONGRESOS PENDIENTES

Al margen de la recuperación económica, los tres partidos tienen pendientes procesos internos, los cuales se han retrasado, precisamente, por la pandemia del SARS-CoV-2 que, en el caso de Galicia, originó por primera vez en 40 años de democracia la suspensión de las elecciones autonómicas ya convocadas, al igual que en País Vasco, para lo que fue necesario el acuerdo de las fuerzas políticas.

Como dijo en días pasados el secretario general del PPdeG, Miguel Tellado, su partido está centrado en la superación de la crisis de la covid-19 y, en todo caso, mira a la primavera como posible horizonte para plantearse, si la efectividad de la vacuna y la situación epidemiológica lo permiten, el congreso autonómico con «garantías» para una cita presencial.

El dirigente popular ironizó con que los populares «no vislumbran ninguna crisis de legitimidad en la dirección», después de unas elecciones autonómicas, el pasado 12 de julio, en las que Alberto Núñez Feijóo revalidó con más escaños su cuarta mayoría absoluta. Además del congreso autonómico, también tiene que celebrar los cuatro provinciales.

También la dirección del BNG valorará a la altura de la primavera, en función del contexto, «si es posible realizar la asamblea ordinaria» que quedó aplazada por la expansión del virus. La última fue en febrero de 2017 y los estatutos de la formación prevén que se celebren cada dos o tres años.

Del mismo modo, 2021 también es un ejercicio en el que el PSdeG deberá afrontar su congreso orgánico para renovar a su dirección, una cita que se debe celebrar tras el cónclave federal si la pandemia lo permite.