En la actualidad existen una gran cantidad de afecciones que pueden generar complicaciones en el organismo, siendo una de las más comunes las que causan problemas en el sistema respiratorio, como es el caso de la disnea.
La disnea se define como un problema respiratorio que se traduce en falta de aire, y que genera una sensación de incomodidad al respirar, por lo que debe ser tratada a tiempo para evitar que pueda afectar en mayor medida las vías respiratorias.
Causas de la disnea
La disnea es un problema en la respiración que se genera por diversos motivos, los cuales se pueden deber a factores ambientales, sociales, fisiológicos o psicológicos, y que son determinantes a la hora de presentar los síntomas.
La reducción en el aporte de oxígeno hacia los tejidos es una de las causas de la disnea, así como la hipoxemia o hipercapnia, que se pueden generar debido a un intercambio gaseoso poco normal en el organismo.
La disminución del gasto cardíaco derivado de otras afecciones como la insuficiencia cardíaca es un factor que puede provocar disnea, además de enfermedades como la anemia, que alteran el organismo. El asma es otra de las causas más comunes que pueden derivar en este problema, ya que ocasiona una hinchazón y disminución rápida de las vías respiratorias
Dentro de los factores ambientales el más destacado es la intoxicación por monóxido de carbono y cianuro, sobre todo en las zonas urbanas, lo que puede traer como consecuencia una reducción en la absorción de oxígeno por parte de los tejidos o su dificultad de unión con la hemoglobina.
Los cambios pulmonares intersticiales y alveolares son otros de los causantes de la disnea, los cuales se pueden dar como consecuencia de edemas pulmonares, neumonía, tuberculosis difusa, y muchas otras enfermedades que afectan en gran medida los pulmones.
Existen diversos trastornos nerviosos o neuromusuculares, como el síndrome de Guillain-Barré, o el EPOC, la enfermedad que asfixia a quienes la padecen, que pueden generar una sensación de falta de aire, al igual que la ansiedad. Asimismo el hipertiroidismo también ocasiona la disnea en muchos casos.
En personas que no presenten ninguna de estas afecciones y se encuentren totalmente sanos, la disnea puede aparecer en momentos en los que se realice un gran esfuerzo físico.
Tipos de disnea
Existen múltiples tipos de disnea, los cuales se diferencian de acuerdo a los motivos que generan su aparición, que en algunos casos puede ser simplemente una mala posición del cuerpo, aunque también se puede dar por diversas afecciones en el organismo.
Disnea de esfuerzo
Este es el tipo más común de disnea, ya que se presenta cuando se realiza un gran esfuerzo. En casos en los que existan problemas cardíacos, este tipo de disnea suele ser progresivo.
Disnea de decúbito
También conocida como ortopnea, es un tipo de disnea que consiste en la dificultad de respirar acostado, lo que se alivia manteniendo la cabeza elevada o una posición erecta.
Este tipo de dificultad respiratoria puede causar que despiertes en medio de la noche por la sensación de falta de aire, lo cual es conocido como disnea paroxística nocturna.
Disnea de reposo
Es un tipo de disnea que aparece sin necesidad de realizar ningún tipo de esfuerzo, lo que puede ser causado por afecciones como anemia, edemas de pulmón o síndrome de hiperventilación alveolar.
Síntomas de la disnea
Los síntomas de la disnea son muy variados y pueden cambiar según el tipo que presentes de acuerdo al diagnóstico, sin embargo existen algunos que se dan en la mayoría de los casos.
El primero de los síntomas comunes que se pueden presentar es el broncoespamo, lo cual se genera por la contractura muscular de los bronquios, y genera un silbido al momento de respirar. Los problemas sanguíneos ocasionados por afecciones como la anemia también son síntomas que aparecen con la disnea.
También se puede dar un colapso en el pulmón si no se trata a tiempo, lo que deriva en un dolor severo y acumulación de aire en la pleura, conocido como neumotórax.
Los dolores en el pecho también se pueden dar en casos en los que la disnea sea ocasionada por problemas cardiacos, al igual que puede ser el causante de que despiertes en la noche con dificultad para respirar. Aunque las tasas de muerte por enfermedad cardíaca y accidente cerebrovascular disminuyen en Europa.
En caso de que la disnea se presente por enfisema, o pérdida de elasticidad en los sacos que rodean al pulmón, se puede dar una dificultad muy severa a la hora de respirar, y como consecuencia evita que entre aire nuevo.
El cáncer, una de las enfermedades más peligrosas, también pueden causar disnea, lo que se traduce en dolores al momento de respirar, tos constante, e incluso sangre en la flema.
La obstrucción en la tráquea por factores externos se deriva en dificultad para respirar, que debe ser tratada inmediatamente para evitar asfixias, neumonía y hasta la muerte, en los casos más severos.
Diagnostico de la disnea
Para conocer el tipo de disnea que presentas, es necesario acudir a un especialista médico que se encargue del diagnóstico mediante un examen clínico en el que se evalúen los órganos que pueden estar afectados, como los pulmones y el corazón.
Los exámenes que se pueden realizar para diagnosticar la disnea van desde pruebas de sangre, ecocardiografía, pruebas de la función pulmonar, medición de la saturación de oxígeno en la sangre, hasta pruebas de esfuerzo y radiografía o tomografía de tórax.
Tratamiento de la disnea
La disnea es una afección que presenta diversos tratamientos, los cuales se basan en los exámenes previamente realizados para determinar su alcance. Sin embargo, en algunos casos, la disnea puede ser tratada en el hogar fácilmente, sobre todo en ocasiones en las que sea producida por factores psicológicos.
Algunas de las medidas que debes tomar para tratar la disnea son evitar el tabaquismo, bien sea activo o pasivo, ya que este puede empeorar la situación de los pulmones, así como los lugares que presentan mucha contaminación en el aire.
El ejercicio periódico y la pérdida de peso también son medidas que puedes tomar para la disnea, además de practicar técnicas de respiración o mantener una postura confortable, ya que estos pueden resultar muy positivos para tratar efectivamente la disnea.