Especial 20 Aniversario

Concepción Arenal ya tiene su placa en la fachada del Paraninfo de la Complutense

La pionera del feminismo español y defensora de los derechos humanos Concepción Arenal ya tiene su placa en la fachada del Paraninfo de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), en la calle San Bernardo, dando cumplimiento así al acuerdo de Pleno de Centro del pasado enero donde se aprobó el reconocimiento por unanimidad.

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«Aquí cursó sus estudios de Derecho entre 1842 y 1845 Concepción Arenal, pionera en la defensa de los derechos de las mujeres y de los más vulnerables». Así reza en la placa, instalada por el Ayuntamiento de Madrid y presentada públicamente este lunes por el delegado de Familias, Igualdad y Bienestar Social, Pepe Aniorte, y el concejal-presidente de Centro, José Fernández. Al acto han asistido representantes de todos los grupos municipales y el vicerrector de la UCM, Juan Carlos Doadrio.

Aniorte ha destacado la figura de la escritora y periodista, precursora de la criminología y el derecho penitenciario, «que fue sin duda pionera del feminismo español y acérrima defensora de los derechos humanos». De ella ha recordado que «se instaló en Madrid en 1835, una época en la que, como ella misma explica en su obra, la educación de las mujeres no se dirigía a desarrollar sus capacidades sino a convertirlas en buenas esposas y madres».

José Fernández, por su parte, ha señalado que esta placa conmemora «además del segundo centenario del nacimiento de Arenal, que se cumplió el pasado 31 de enero, su asistencia a esta universidad, donde se forjó como una intelectual y defensora de la libertad, algo que dejó patente en sus numerosos ensayos y en las tertulias a las que asistía, acompañada de su marido y vestida de hombre».

HACERSE PASAR POR HOMBRE

Madrid fue clave en la vida y el trabajo de Concepción Arenal. Aquí cursó sus estudios en la Universidad Central «y para ello tuvo que hacerse pasar por hombre puesto que las mujeres estaban excluidas de la educación superior, del mismo modo que también tuvo que vestirse como un varón para participar en las tertulias del Café Iris, en la carrera de San Jerónimo, y nunca pudo firmar los artículos que escribía para el periódico ‘La Iberia'», ha recordado Aniorte.

Cuando decidió participar con su obra ‘La Beneficencia, la Filantropía y la Caridad’ en el concurso convocado por la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas, que finalmente ganó, tuvo que hacerlo usando el nombre de su hijo de diez años.

«Se convirtió en una verdadera autoridad en materia penitenciaria y denunció la situación indigna de los presos. Promovió tanto la reforma del Código Penal para dotarles de derechos como la conversión de las prisiones, que hasta entonces eran meros lugares de hacinamiento, en espacios de reinserción social», ha destacado el delegado.

Algunas de sus obras sobre la reforma de la beneficencia también tuvieron eco internacional y fueron traducidas a diversos idiomas. A su prolífica labor acerca de las cárceles y la beneficencia hay que resaltar su lucha por reivindicar el papel de la mujer en la España del siglo XIX, que hace que autoras como la historiadora Enriqueta Vila se refieran a ella como «la madre del feminismo en España.

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