Un libro defiende la condición de refugiados de las víctimas del cambio climático

El presidente de la Comisión Catalana de Ayuda al Refugiado (CCAR), Miguel Pajares, ha publicado en castellano y en catalán el libro ‘Refugiados climáticos. Un gran reto del siglo XXI’ (Rayo Verde/Raig Verd), que defiende la condición de refugiados de las personas que salen de su país a causa del cambio climático.

«Las personas que huyen de las consecuencias del cambio climático no son meros migrantes económicos y, por tanto, tienen derecho a recibir protección en otro país», ha sostenido el antropólogo social y biólogo en una entrevista.

Ha reconocido que el concepto de refugiado es polémico y que aún genera mucho debate entre los juristas y académicos ya que, cuando son cambios lentos, como una sequía, la subida del nivel del mar o la deforestación, es «más difícil de detectar, porque la decisión de huir es del propio migrante».

Según la Convención de Ginebra de 1951, sólo se considera que tienen derecho a refugio los perseguidos por raza, religión, nacionalidad, pertenencia a un determinado grupo social o sus opiniones políticas: «Ni siquiera se incluía a las víctimas de conflictos bélicos».

Sin embargo, la admisión de esta posibilidad con el Protocolo de Nueva York de 1967, y algunas de las características de los actuales refugiados climáticos, llevan a Pajares y otros activistas y académicos a considerar que los migrantes climáticos también deberían acabar recibiendo la condición de refugiados.

Según Pajares, «en los casos en que los efectos del cambio climático son lentos e irreversibles, estamos hablando de una migración forzosa, lo que enlaza mucho con la idea de las víctimas de conflictos, por ejemplo», y también ha vinculado el cambio climático a una cuestión política.

«Al final, estos migrantes son víctimas de una acción o inacción política: son 30 años de gobiernos de los países ricos que saben lo que hacen al no frenar el cambio climático e incumplir los tratados y que, por tanto, son responsables de la situación de estas personas», ha asegurado.

500 MILLONES EN 2060

El autor augura que en 40 años se duplicará el número de refugiados en el mundo: «Es un cálculo aproximado, pero en 2060 podríamos pasar de los 275 millones de migrantes actuales a 500 millones», ha afirmado Pajares, que sostiene que estas son cifras asumibles y que no deben asustar excesivamente.

«El problema no es el volumen de las migraciones, sino el cambio climático: si pasamos de un 3,5% de población emigrada a un 6%, es gestionable si se hacen las políticas adecuadas», según Pajares, que prefiere poner el foco en las consecuencias del cambio climático.

El libro dedica sus dos primeros capítulos a demostrar con hechos la crisis climática y a describir los efectos en el Tercer Mundo de la «sobreproducción y el sobreconsumo de los países ricos», la principal causa de la actual situación medioambiental, dice Pajares.

«La sobreexplotación de la tierra y el mar expulsan a la gente», ha asegurado el autor, que repasa en el cuarto capítulo diversos ejemplos de migraciones climáticas en África, Asia y América Latina, que a menudo se mezclan con conflictos bélicos o violencias pero tienen vínculos con la situación climática.

SOLUCIONES

Para él, «otro futuro aún es posible», pero es necesario un cambio radical en el modelo económico, invertir recursos en frenar el cambio climático y cerciorarse que estos recursos también se destinan a acciones de adaptación en países que no cuentan con los medios necesarios para llevarlos a cabo.

En el ámbito de las migraciones en sí, Pajares ha exigido comenzar a gestionarlas «de manera racional», asumir los compromisos internacionales vinculantes y crear un marco institucional adecuado, así como combatir la xenofobia y defender los derechos humanos.

El antropólogo ha defendido crear un «organismo con poder de gestión y con recursos» para cuestiones migratorias en el ámbito de la UE, que sería un buen primer paso y confirmaría uno de los compromisos fundacionales y nunca cumplido de la UE, afirma.