ONT alerta del «descenso dramático» de la actividad en las semanas más críticas de la pandemia

La Sociedad Española de Medicina Intensiva (SEMICYUC) y la Organización Nacional de Trasplantes (ONT) han alertado del «descenso dramático de la actividad durante sus semanas más críticas» de la pandemía, por este motivo recuerdan que salvo en un escenario epidemiológico 4 deberían funcionar con absoluta normalidad en los hospitales los servicios de trasplantes.

Así, caban de lanzar el documento para la Preservación de los programas de Donación y Trasplante de Órganos durante la epidemia de COVID-19, que recoge las recomendaciones que ambos organismos hacen tanto a las direcciones de los centros hospitalarios como a los propios profesionales de cuidados intensivos y otras unidades de críticos.

Les recuerdo que gracias al gran esfuerzo que han realizado los coordinadores de trasplantes, desde el 13 de marzo y hasta el pasado 26 de noviembre, es decir 9 meses, se han podido realizar en España 2.687 trasplantes procedentes de 1.253 donantes. Los datos muestran que este año se estará muy lejos de los 5.445 trasplantes del 2019.

«El programa de donación y trasplante de órganos se ha visto gravemente afectado por la epidemia, con un descenso dramático de la actividad durante sus semanas más críticas, consecuencia de la saturación de las UCI y la posibilidad de infección del paciente inmunosuprimido en momentos en los que no estaban garantizados los circuitos libres de COVID-19. Si bien el programa se ha reconstruido, no ha recuperado su total normalidad y se ve amenazado por el número creciente de casos de COVID-19 en nuestro país», advierten.

En este sentido, recuerdan que descenso en la actividad de trasplante tiene consecuencias a corto, medio y largo plazo para pacientes en necesidad de un órgano para prolongar su supervivencia o mejorar su calidad de vida. Por ello, la SEMICYUC y la ONT recomiendan a las direcciones de los hospitales preservar la actividad de donación y trasplante de órganos en la situación actual de pandemia.

En este escenario, se recomienda dar prioridad a donantes de criterios no expandidos y a trasplantes de pacientes en situación crítica (riesgo de fallecimiento inminente o a corto plazo) y con difícil acceso al trasplante por sus características inmunológicas o antropométricas; además de garantizar circuitos libres de COVID-19 para el adecuado desarrollo del programa de donación y de trasplante, así como el acceso a las pruebas necesarias para la evaluación microbiológica de potenciales donantes y receptores con respecto a la infección causada por SARS-CoV-2.

Dado que las coordinaciones de trasplante están mayoritariamente compuestas por profesionales de UCI, valorar el refuerzo de estas unidades, particularmente cuando por razones sobrevenidas aumenta la carga asistencial en UCI.

A los profesionales de las unidades de cuidados intensivos y otras unidades de críticos les piden continuar considerando la donación de órganos de forma rutinaria como una opción en los cuidados al final de la vida; asimismo, cuando un paciente fallece o va a fallecer de forma inminente en condiciones compatibles con la donación, ha de considerarse esta opción y posibilitarse, de ser coherente con los valores y principios de la persona.

En consonancia con la recomendación anterior, se recomienda la notificación sistemática de posibles donantes a la coordinación de trasplantes, erá el propio coordinador de trasplantes del centro quien determinará la conveniencia de activar el proceso de donación, atendiendo a la situación del centro en el contexto epidemiológico actual, y a una valoración exhaustiva del posible donante.