El Ministerio Fiscal ha concluído hoy que «queda fuera de toda duda» la autoría de los cuatro jóvenes acusados de robar y quemar vehículos y jactarse de ello en las redes sociales autodenominándose ‘Payasos Justicieros’. «Se divertían con el fuego y querían causar el mayor daño posible», ha afirmado.
Para la acusación pública, todo empezó con acciones en las que los perjudicados tenían en común que habían tenido algún conflicto con los acusados D.L y T.G.
Pero sus acciones llegaron «a otro nivel» el día que le pusieron una multa a la acusada T.G y el enfado de ella y su entonces pareja, D.L, hizo que pasaran a poner en peligro «la seguridad colectiva».
Más adelante se sumarían los otros dos acusados, A.I y N.M (también pareja) y, en ese momento, la fiscal ha hecho referencia a un mensaje de T.G al hermano de I.A en el que le pide que le despierte porque los ‘Payasos Justicieros’ le necesitan.
En su relato, la fiscal también ha rechazado que, tal y como afirmó la defensa, incautar los teléfonos móviles fuese algo abusivo e innecesario, dado que fueron «fundamentales» en la investigación policial dado que los hechos sucedían de noche, sin testigos, y las pruebas desaparecían al quemarse los vehículos.
La Fiscal cree que «queda fuera de toda duda» que los hechos «se produjeron» y los acusados fueron «responsables de los mismos, tal y como estableció la investigación policial.
Así, durante julio de 2018, de forma continua, se produjeron incendios en coches que evolucionaron a fuegos en garajes con lo que «ya no se puso en peligro el patrimonio sino la vida» de personas.
Ha centrado el relato de los hechos, principalmente, en dos de los acusados: D.L y T.G, pareja en ese momento. Cómo el primer afectado fue pareja de ella, y le aconsejó que denunciara por maltrato a D.L; y cómo, después de que le pusieran una multa a T.G su enfado le llevó de dañar a particulares a ejercer un daño colectivo.
El hecho de que, tras ser detenidos acusados de dañar marquesinas, les fuera encontrada, además de otras cosas, una garrafa de gasolina fue el «indicio» de que eran responsables de los incendios.
La fiscal se ha apoyado en las bromas que hacía T.G tras los incendios, anunciando quién iba a ser el próximo o cómo «a cada cerdo le llega su San Martín». También en las fotos que tenían ambos con uno de los vehículos afectados. En este sentido, también se ha referido a cómo otro acusado, I.A, le pasa a T.G un pantallazo de cómo el dueño de un coche que habían incendiado lo seguía buscando y ella se mofa. Y antes de los incendios en garaje, T.G escribe en su móvil: «Hoy la vamos a liar, van a trabajar bien, por hijos de puta».
«Se divertían con el fuego, y así se ve en los mensajes (…) primero fue una forma de venganza o diversión y, cuando quieren vengarse de la policía o fuerzas de seguridad, empiezan a causar el mayor daño posible», ha relatado.
En cuanto a N.M, la ve identificada como la «chica joven con una coleta» y ha destacado cómo en la policía «reconoce que fue una decisión conjunta» y «da detalles como la forma de quemar» los coches.
También ha considerado su «reacción después» porque en ningún momento quiso despertar a los vecinos, como tampoco fue a avisar a la policía o rompió con I.A.
Para la fiscal, el hecho de que D.L y T.G dijeran en una conversación por el móvil que cada vez se sumaba más gente es una prueba de que I.A y N.M participaron también.
Para los incendios en los garajes, se ha apoyado en una sentencia del Supremo por el que para que haya una situación de riesgo contra la integridad no es necesario que este llegue a culminarse ni haya intención y «en todos los informes» e, incluso, en el «sentido común» queda claro que el riesgo existió.
Con respecto a si T.G actuaba en contra de su voluntad, ha remalcado que primero dijo que ella estaba de espectadora y, después, estaba muerta de miedo. En su opinión, «no hay prueba objetiva de que le tuviese miedo». Para la fiscal, «se ve a una chica orgullosa de lo que hace y que se divierte».