ONG advierten de que se ha «disparado» la vulnerabilidad de las mujeres

Diferentes ONG han advertido de que se ha «disparado» la vulnerabilidad de las mujeres frente a la violencia, tanto a nivel nacional como internacional, durante la pandemia, debido las mayores dificultades económicas o a la interrupción de procesos de recuperación o prevención.

Así lo han avisado las organizaciones en el contexto del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, que se celebra este miércoles 25 de noviembre.

En concreto, Cáritas ha detectado un «agravamiento» de la situación de vulnerabilidad de las mujeres víctimas de violencia, a las que acompaña a través de los 30 proyectos de Mujer desarrollados por 22 Cáritas Diocesanas en toda España.

En concreto, la labor social de la Iglesia Católica señala las dificultades económicas, relacionadas con la pérdida de ingresos, situación de desempleo e imposibilidad de acceso a las ayudas sociales.

Además, advierte del «retroceso» en sus procesos de recuperación pues «las limitaciones impuestas por la pandemia han obligado a muchas mujeres, por razones económicas, a volver a depender de sus parejas»; y del «deterioro de su situación emocional».

Cáritas apela a «la responsabilidad personal y colectiva». «Urge tomar conciencia y dar visibilidad a las violencias ejercidas contra las mujeres y trabajar de manera activa en la eliminación de conductas, lenguajes y prácticas discriminatorias contra las mujeres, abordando las violencias machistas desde la esfera pública y no sólo desde el ámbito privado o doméstico», subraya.

Por su parte, Save The Children centra el foco en las menores y recuerda que el 41% de las adolescentes de 16 y 17 años que tienen o han tenido pareja han sufrido violencia psicológica de control, según datos de la Macroencuesta de Violencia contra la Mujer (2019).

La ONG de infancia avisa de que estas cifras no tienen en cuenta el impacto de la pandemia y apunta a que «la violencia psicológica de control ha podido crecer durante el confinamiento de manera online».

«En un momento en el que la infancia y la adolescencia pasan tanto tiempo frente a los dispositivos móviles, debemos recordar que la educación en igualdad, así como la prevención, la detección temprana y la notificación de la violencia son herramientas fundamentales para poner freno a estas situaciones», ha subrayado la directora de Sensibilización y Políticas de Infancia de Save the Children, Catalina Perazzo.

Save the Children también hace hincapié en la realidad que viven los menores en contextos de violencia machista y recuerda que, desde enero de 2013, 37 niños y niñas han sido asesinados en casos de violencia de género y 301 menores se han quedado huérfanos. «Es intolerable que la infancia pague las peores consecuencias de la violencia machista», ha zanjado Perazzo.

MATRIMONIOS TEMPRANOS Y MUTILACIÓN GENITAL

En el ámbito internacional, Ayuda en Acción ha advertido del aumento de las violencias contra las mujeres y niñas en todo el mundo y ha mostrado su preocupación, especialmente, por el aumento de matrimonios tempranos, el abandono de programas contra la mutilación genital femenina y la violencia sexual durante el confinamiento.

«La pandemia está aumentando las desigualdades y colocando a millones de niñas y mujeres en posición de desventaja para hacer frente a posibles situaciones de violencia», ha señalado el director de Advocacy de Ayuda en Acción, Alberto Casado.

Por ello, la ONG insta a incorporar programas a largo plazo contra la violencia de género en los paquetes de recuperación durante y después de la emergencia de la COVID-19.

Asimismo, Manos Unidas denuncia que es «intolerable» que el 30 por ciento de las mujeres y niñas del mundo vivan con miedo a ser agredidas y recuerda que en 2013, la Organización Mundial de la Salud definió la violencia contra las mujeres como «un problema de salud global de proporciones epidémicas».

La ONG de la Iglesia Católica pone algunos ejemplos como el de Sierra Leona, donde «las mujeres y niñas se enfrentan no solo a la violencia física –las palizas a las esposas son algo generalizado–, sino a la violencia doméstica y a las privaciones económicas, una violencia que se ampara en la cultura del silencio».

«Con nuestro trabajo de formación y de sensibilización intentamos poner freno a actitudes que violentan y degradan a las mujeres, como la trata de personas para su explotación laboral o sexual o la utilización de las mujeres y niñas como arma de guerra», explica el secretario general de Manos Unidas, Ricardo Loy.

En 2019, la ONG aprobó 69 proyectos por importe de 3,8 millones de euros destinados a promover, específicamente, los derechos y oportunidades de más de 170.000 mujeres.