Una segunda edición de ‘La casa fuerte’, tan pegada al final de la primera y al éxito de ‘La isla de las tentaciones’, podía tener dos consecuencias: el éxito o el agotamiento. La audiencia podría haberse sentido cansada de tanto famoseo, pero lo cierto es que parece que cada pide saber más sobre los personajes de Telecinco.
‘La casa fuerte 2’ está teniendo unos altos índices de audiencia, y posiblemente uno de los motivos principales sea el caso que envuelve a Cantora y la familia Pantoja. Kiko Rivera está en pleno desafío con su madre, Isabel Pantoja, denunciando públicamente todo lo que ha descubierto de ella, su supuesta obsesión por el dinero y el verdadero interés de su vida. Mientras tanto, Chabelita está en La casa fuerte, una casualidad que ha venido de lujo a Telecinco y a la audiencia del reality. Te contamos las grandes joyas de la segunda edición del programa, que lo hacen ser lo más visto.
2Si la audiencia lo pide, Telecinco se lo da
La isla de las tentaciones duró tan poco en televisión que la audiencia pedía más y más de sus personajes. En apenas un mes y medio no dio tiempo a cansarnos de los sucesos que rodeaban a Lester, Marta Peñate, Sandra, Melyssa, Tom Brusse y compañía (bueno, de Tom quizás un poco), y por eso La casa fuerte debía tener algunos de estos personajes dentro de su reality.
Tom Brusse y Sandra Pica, dos de los concursantes más polémicos de la segunda edición del programa, se subieron al carro de La casa fuerte desde el primer momento, para complacer a los espectadores y aumentar ese amor-odio que tienen por la pareja. No tienen apenas fans, pero todo el mundo quiere enterarse de qué pasa con ellos.
Así, la expulsión y salida de Mari Cielo Pajares del programa ha dado la bienvenida a una nueva concursante: Marta Peñate, que ya es una participante más y que forma pareja con Albert, quien no sabía de su existencia y cuyos primeros minutos a su lado fueron de lo más surrealistas. Solo había que ver la cara del deportista con cada una de las palabras que decía la exgran hermana, pues parecía no dar crédito a la persona con la que le ha tocado concursar.
