La OMS pide ayudas para la calefacción este invierno para los más desfavorecidos

La Región Europea de la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha pedido a los países ayudas para que los hogares más desfavorecidos puedan poner este invierno la calefacción, teniendo en cuenta las dificultades que de por sí ya tiene esta población para calentar la casa y el hecho de que por la pandemia del coronavirus es necesario ventilar de forma habitual los domicilios.

Así, y con motivo del Día Mundial de las Ciudades, que se celebra este sábado, el organismo ha recordado que la ventilación de los espacios interiores reduce el riesgo de infección por coronavirus, especialmente en invierno, asegurando que los gobiernos pueden jugar un papel «importante» en la reducción de este riesgo si promueven ayudas para un suministro de energía adecuado y asequible, preparando planes de apoyo para los que no puedan pagar la calefacción.

«Las autoridades locales pueden aumentar su conciencia sobre la distribución de los problemas de vivienda relacionados con el confort térmico, el uso de energía y el hacinamiento, todos los cuales afectan a la salud y al bienestar de los hogares desfavorecidos y pueden contribuir a un mayor riesgo de transmisión del Covid-19 durante los períodos de confinamiento», ha detallado la OMS.

Y es que, según ha avisado, en la mayoría de los países de la Región de Europa de la OMS, las desigualdades relacionadas con el mantenimiento de un hogar caliente en invierno han aumentado en los últimos años, al igual que las desigualdades en la capacidad de costear los gastos de calefacción.

Así, en casi todos los países europeos, los hogares más pobres están entre 4 y 5 veces más expuestos a los hogares fríos que los más ricos, y en varios países más del 30 por ciento los hogares de bajos ingresos no pueden mantener sus hogares calientes. La pobreza energética resultante se asocia a menudo con opciones de combustibles contaminantes e insostenibles.

Finalmente, la OMS ha recordado que el Covid-19 ha demostrado cómo una enfermedad puede cambiar la vida de las ciudades, «sin importar» el tamaño de las mismas. «La enfermedad es especialmente peligrosa para las personas mayores y para las personas con una mayor carga de enfermedades no transmisibles, que a menudo también experimentan aislamiento y dificultades para obtener ayuda. En estas circunstancias, la cooperación entre los ciudadanos ha sido vital para abordar los problemas derivados del brote de Covid-19», ha zanjado.