Ya es un tópico eso de que “Sevilla tiene un color especial”. Pero, por más tópico que sea, por más que lo hayamos leído y oído miles de veces, no deja de ser cierto. Y Sevilla, esto no suele decirse, es mucho más que la ciudad que se levanta a ambas orillas del río Guadalquivir. Ese color especial que cantaban Los Del Río podemos encontrarlo en muchos pueblos de la provincia sevillana.
Ahora en otoño, estación de la bruma y de las hojas secas, ese color especial es más bien de tonos ocres. Y la provincia de Sevilla es el lugar perfecto en el que pasar un fin de semana de ensueño. Sus coquetos pueblos son una invitación a disfrutar de estos meses previos al invierno.
6Estepa
Tierra de olivares y dulces. Este pueblo está próximo a la sierra sur de Sevilla, y aúna su riqueza patrimonial, su entorno natural y una deliciosa tradición gastronómica. La Plaza de la Victoria es el corazón de Estepa, una coqueta plaza en la que se levanta una torre que es la seña de distinción de la localidad.
Entre los lugares que debemos conocer si vamos a Estepa destaca el conjunto Monumental del Cerro de San Cristóbal. También la Iglesia de Santa María, que acoge en su interior el Museo de Arte Sacro del pueblo. Muy cerca de ella te encontrarás con el mirador del Balcón de Andalucía, desde donde podrás disfrutar de un bellísimo panorama.