La piña, lo hemos oído muchas veces, es una fruta con gran cantidad de propiedades saludables. Destaca muy especialmente por sus propiedades digestivas y diuréticas, lo que la convierte en uno de los mejores alimentos cuando queremos hacer un “detox” en nuestro organismo. Es una fruta fresca, dulzona y deliciosa que gusta a casi todo el mundo.
Solo tiene un inconveniente que echa para atrás a muchos a la hora de consumirla. No es fácil pelarla, pues su cáscara es dura y exige destreza y fuerza. Además, al comer la piña se suele tirar la piel, pensando que no sirve para nada. Hacer agua de piña es una forma excelente de aprovechar todas las partes de la piña y beneficiarnos de sus propiedades nutritivas. Toma nota.
5Manos a la obra

En primer lugar deberás cortar la piña en trozos pequeños. Recuerda que no es necesario retirar la cáscara, más bien todo lo contrario. Es precisamente gracias a la cáscara por lo que el agua de piña es tan rica en nutrientes.
Una vez concluido el proceso, pon la piña en una olla con un litro de agua. Caliéntalo a tope y espera a que llegue a ebullición. Cuando el agua ya esté hirviendo, vete bajando el fuego poco a poco.
Deja que pasen cinco minutos para que se aposente el agua y vaya filtrándose el sabor. Transcurrido ese tiempo, apaga el fuego definitivamente. Ahora déjalo reposar durante dos horas con la tapa puesta.