La banca española se sitúa a la cola de la eurozona en rentabilidad y capital

Los principales bancos españoles fueron los que registraron unos peores índices de rentabilidad entre los países de la zona euro en el segundo trimestre de 2020, mientras que volvieron a figurar en la última posición de la eurozona en lo que respecta a la ratio de capital CET1, según los datos publicados el Banco Central Europeo (BCE).

Entre abril y junio, los doce bancos españoles supervisados directamente por el BCE ofrecieron un retorno sobre capital (RoE, por sus siglas en inglés) del -9,20%, frente al -0,52% de los tres primeros meses del año y lejos de la media del 0,01% de la zona euro, que en el primer trimestre había alcanzado un RoE del 1,21%.

En el lado opuesto, los bancos lituanos se mostraron como los más rentables del euro, con un RoE del 10,94%, más de diez puntos por encima que la media de la eurozona. Por detrás se situaron los bancos de Estonia, con un 6,68%.

En el caso de otros grandes países del euro, el RoE de los bancos alemanes se situó en el segundo trimestre en el 0,86%, mientras que en el de los bancos italianos alcanzó el 0,14% y en el de los franceses, el 3,67%.

La baja rentabilidad de la banca de la zona euro representa un problema clave para la estabilidad del sector, según el BCE, que ha venido alentando a las entidades y autoridades nacionales a acometer procesos de consolidación a nivel doméstico y transfronterizo.

Por otro lado, como viene siendo habitual en los últimos trimestres, la banca española figuraba en la última posición de la eurozona en cuanto a la ratio de capital CET1, al situarse en un promedio del 12,25%, algo superior al 11,85% de los tres primeros meses de 2020, aunque por debajo de la media del 14,87% en la zona euro.

De hecho, las entidades españolas bajo supervisión directa del BCE son las únicas, junto a las de Grecia (14,79%), Alemania (14,78%), Italia (14,77%), Austria (13,75%) y Portugal (13,28%), que quedaron por debajo del umbral medio de capital básico de la zona euro.

Por el contrario, las entidades de Estonia, con un 28,80%, contabilizaron la ratio CET1 más elevada de la zona euro, por delante de las de Lituania, con un 22,37%, y las de Irlanda, con un 19,02%.

En cuanto a la ratio de préstamos dudosos (NPL, por sus siglas en inglés), la media de la eurozona se situó al finalizar el segundo trimestre en el 2,94%, por debajo del 3,05% del primer trimestre y su mejor lectura desde que el BCE comenzó a publicar sus estadísticas de supervisión en el segundo trimestre de 2015.

Entre los países del euro, la menor ratio de préstamos dudosos correspondió a Luxemburgo, con un 0,79%, seguido de Alemania y Lituania, con un 1,12% y un 1,39%, respectivamente. En el extremo opuesto, Grecia registró un ratio del 30,31%, por detrás del 13,45% de Chipre y del 6,51% de Portugal.

Los bancos españoles registraron una ratio de préstamos dudosos al cierre del segundo trimestre del 3,02%, inferior al 3,11% de los tres primeros meses de 2020 y en línea con la media de la eurozona.