Rector de Universidad Loyola: «Tenemos que estar a la altura del papel que debemos representar «

El rector de la Universidad Loyola, Gabriel Pérez Alcalá, ha afirmado este viernes, en el acto de apertura del curso 2020/2021, que la institución, como Universidad, tiene que «estar a la altura» del papel que debe representar «en el mundo post COVID».

Según informa en una nota, la Universidad Loyola ha celebrado su octavo acto de apertura en su Campus de Sevilla, con aforo y duración reducidos debido a las medidas de seguridad contempladas en su plan de contingencia por la pandemia.

De este modo, y de forma excepcional, al acto han asistido presencialmente los miembros del Consejo de Gobierno y una representación del Claustro, y se ha retransmitido en streaming para toda la comunidad universitaria.

Al acto han asistido la primera teniente de alcalde del Ayuntamiento de Dos Hermanas, Basilia Sanz Murillo, y el director general de Investigación y Transferencia del Conocimiento de la Consejería de Transformación Económica, Industria, Conocimiento y Universidades, Pablo Cortés Achedad; y arrancó con la celebración de la eucaristía en la capilla del Campus, presidida por el jesuita José María Valderde y concelebrada por Ildefonso Camacho SJ, Gonzalo Villagrán.

Tras finalizar la misma, prosiguió el acto académico con el informe del secretario general Pedro Pablo Pérez; la lección magistral a cargo del jesuita Diego Molina, profesor de la Facultad de Teología; y finalizó con el discurso de Pérez Alcalá, dando por inaugurado el curso académico.

En su intervención, el rector empezó con un recuerdo para las víctimas de la pandemia, un agradecimiento a todos los que han estado en primera línea en la lucha contra ésta, además de expresar la solidaridad de la Universidad Loyola con todos quienes sufren las consecuencias de la crisis.

Asimismo, ha querido agradecer a toda la comunidad Loyola su compromiso y todo el trabajo realizado desde el inicio de la crisis que ha permitido a la universidad terminar el pasado curso con normalidad y preparar este que ahora se inicia para seguir cumpliendo con su compromiso docente. «Esto ha sido posible porque, sin darnos cuenta, hemos creado, en muy poco tiempo, una universidad excelente», ha indicado Pérez Alcalá.

«Aunque andamos ocupados por el inicio de este nuevo curso, lo importante será lo que venga después, sobre todo, estar a la altura del papel que debemos representar en el mundo post COVID y que se concreta en cuatro aspectos: la formación de personas, la creación de pensamiento, la conciencia crítica y el servicio a los más desfavorecidos», ha sostenido antes de agregar que «servir esos objetivos nos permitirá cumplir con la misión que tenemos encomendada como universidad de la Compañía de Jesús».

Finalmente, el rector aseguró que el futuro de la universidad «se sigue conjugando con el verbo crecer, crecer sin miedo, con esperanza, en medio de una adversidad que hace un año no preveíamos, en un mundo nuevo que aparece».

LECCIÓN INAUGURAL

De su lado, Diego Molina, doctor en Teología y profesor de la Facultad de Teología, recientemente integrada en la Universidad Loyola, impartió la lección inaugural bajo el título ‘Sinodalidad y universidad’, afirmando que desde el comienzo del pontificado del papa Francisco «la reforma de la Iglesia ha estado en el centro de sus esfuerzos».

Para llevarla a cabo, uno de sus puntos fuertes ha sido el desarrollo de la sinodalidad, refiriéndose a ella como a la manera en que la Iglesia debe vivir, de modo que la sinodalidad «se aplica, en sentido estricto, a la comunidad eclesial y tiene que debe ser una comunidad participativa, a partir de la idea de que todos los fieles cristianos son el sujeto de la fe y de la importancia que tiene la tradición de la Iglesia». Para Molina, dicha comunidad ha de «desarrollar el diálogo y una nueva manera de tomar decisiones para que pueda llevar a cabo la misión que le es propia en este mundo».

Molina ha indicado que las ideas básicas de la sinodalidad también pueden aplicarse a otras realidades, en concreto, a la Universidad. En su discurso planteó dos interrogantes: las consecuencias que tendría para la universidad concebirse como una comunidad de diálogo, en la que a través de la participación de todos en la búsqueda de la verdad se pueda llegar a ser un instrumento de transformación social; y por otro, los retos que se presentan a una universidad de inspiración cristiana.

MEMORIA 2019/2020

Por su parte, el secretario general de la Universidad Loyola, Pedro Pablo Pérez, ha presentado la memoria de las actividades desarrolladas por la Universidad Loyola en su séptimo curso, el 2019/2020. Así, en el ámbito docente ha señalado que, en el citado curso se impartieron 14 grados simples y once grados dobles, once másteres oficiales simples, tres másteres propios y nueve dobles, tres programas de Doctorado y 16 programas de formación executive.

En total, el número de estudiantes matriculados en estudios de grado en el curso 2019/2020 ascendió a 2.715, a 434 en máster, 71 en doctorado –con una tasa de internacionalización del 37%– y 457 en programas de executive. Así, la cifra total de alumnado matriculado con carácter regular en los estudios impartidos desde la Universidad Loyola fue de 3.677. Además, este año se defendieron cerca de 600 trabajos de fin de estudios en modalidad presencial-virtual dada la situación provocada por la pandemia que vivimos.

En el capítulo de internacionalización, la Universidad tuvo que afrontar las circunstancias derivadas de la pandemia en lo relativo a la movilidad internacional. Así, acogió en el curso 2019-2020 a un total de 416 alumnos procedentes de otras universidades que se matricularon en estudios oficiales (se cancelaron 45 movilidades), y 245 estudiantes de Loyola completaron su formación en universidades extranjeras, bien desde destino o bien desde España en modalidad presencial-virtual una vez repatriados (se cancelaron 70).

Actualmente la Universidad mantiene acuerdos para intercambios de alumnos, de profesorado y de PAS con 319 instituciones de educación superior en todo el mundo, de los que el 70% son europeos y el 30% del resto del mundo y de ellos 47 pertenecen a la Compañía de Jesús.

En cuanto a investigación, uno de los ejes centrales de la Universidad, Pérez ha destacado que la producción científica se ha traducido en la publicación a lo largo de 2018 de 186 artículos indexados JCR, Scimago y otros índices, así como 19 proyectos de investigación nacionales e internacionales, 8 libros y 70 capítulos de libro, y 205 ponencias y comunicaciones en congresos y reuniones científicas nacionales e internacionales. También destacó que en el pasado mes de enero se aprobaron los grupos de investigación de la Universidad Loyola con un total de 17.

En lo relativo a las becas y ayudas al estudio, indicó que en el curso académico 2019/2020 fueron concedidas a un total de 475 estudiantes y el importe total concedido fue de 1.371.703 euros. En el capítulo de personal, el PDI suma un total de 631 personas (228 de estructura y 403 asociados). El PAS está compuesto por 196 personas. En total la suma del personal de la Universidad asciende a 827, habiéndose producido un incremento del 7,96% respecto al pasado curso.