El canario Jesé Rodríguez tenía un futuro prometedor. Era un canterano del Real Madrid que proyectaba mucho. Todo el mundo hablaba de él. En sus mejores momentos con el conjunto merengue se dijo que llegaría a ser más que Raúl, pero las malas decisiones y sus asuntos extradeportivo lo terminaron enterrando como jugador. Ahora con un futuro incierto, el que llegó a ser considero como futuro Balón de Oro es un simple descarte en el balompié español, tanto que la mayoría de los equipos no le quieren, pues le consideran una persona problemática que va a perjudicar al vestuario.
En su mejor momento y sin cabida en el Real Madrid, fue a parar al PSG francés donde le consideraron una pieza fundamental. Su falta de compromiso y el bajo rendimiento hicieron que la directiva parisina lo cediera a varios equipos. Hoy en día sigue perteneciendo al club de la Ligue One, sin saber qué hacer con él. Tras un año sin jugar volvió a ver minutos solo tiene 27 años y si en realidad quisiera alargar su carrera en el fútbol élite europeo.
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Sin saber qué hacer con él, el PSG decide cederlo al Sporting. En Portugal el rendimiento de Jesé siguió en la misma tendencia a no ser determinante. Con los lusitanos llegó a estar en 17 partidos sin tener un tipo de incidencia. Tras su paso en el vecino país, volvió al París para saber cuál será su futuro y ver si puede despertar ese talento que lo catapultó como una de las promesas del fútbol español. Todavía los clubes y al afición esperan más del delantero que coqueteó con la música urbana.
