Andalucía prima la «máxima presencialidad» en la universidad para el curso 2020-2021

Más de 240.000 estudiantes y 30.000 profesores, investigadores y Personal de Administración y Servicios (PAS) comienzan este mes de septiembre el nuevo curso universitario 2020/2021 en Andalucía bajo la modalidad de docencia mixta y con el objetivo de «alcanzar la máxima presencialidad en las aulas y las prácticas».

Así se ha informado al Consejo de Gobierno, que ha tomado conocimiento, además, de las actuaciones de coordinación desarrolladas por la Consejería de Transformación Económica, Industria, Conocimiento y Universidades y los rectores de las universidades públicas andaluzas para garantizar una vuelta segura a las clases.

En la rueda de prensa posterior al Consejo, el titular de dicho departamento, Rogelio Velasco, ha expuesto que las instituciones universitarias están preparadas para desarrollar su actividad académica de forma semipresencial, dando preferencia a las clases con asistencia de alumnos, que se complementarán tanto con enseñanza ‘on line’ –sesiones síncronas– como con acciones formativas virtuales.

Desde que así se consensuara el pasado mes de junio por la Consejería y los rectores en un acuerdo marco, ambas partes han llevado a cabo las actuaciones necesarias encaminadas a ese objetivo, según ha incidido Velasco, quien ha anunciado la creación de grupos de trabajo de carácter autonómico y provincial, en los que participarán miembros de las consejerías de Transformación Económica y de Salud y Familias, así como representantes de las propias universidades, cuyo cometido será asesorar para la toma de decisiones atendiendo a la evolución de la pandemia, para lo cual celebrarán reuniones periódicas de seguimiento.

GUÍA DE REFERENCIA Y PLANES DE PREVENCIÓN

Con el objetivo de «dar todas las certezas al alumnado» y de «preservar y garantizar la calidad de la enseñanza superior en la comunidad», se ha trasladado a las instituciones académicas una guía de recomendaciones, elaborada por Salud y Familias, para atender al desarrollo de las actividades presenciales este año con el fin de que éstas diseñaran sus respectivos protocolos de prevención, protección y vigilancia.

La ‘Guía de referencia para la elaboración del Plan de prevención, protección y vigilancia COVID-19 para las Universidades de Andalucía‘, ya ha sido actualizada con la normativa de la Consejería de Salud y Familias aprobada con posterioridad y con las últimas recomendaciones de los ministerios de Sanidad y Universidades.

El documento presta especial atención a la detección de los denominados contactos estrechos ante la confirmación de un contagio y contempla otras medidas como el uso de mascarillas, la distancia de seguridad en la distribución de los espacios y el aforo del 50% de las aulas.

Las universidades andaluzas han trabajado durante el mes de agosto en trasladar esas medidas a sus protocolos, que están siendo remitidos al Ejecutivo autonómico para su validación, trámite que se completará «de forma inminente». Una vez aprobados, cada universidad deberá hacer público dicho documento.

En estos protocolos se recomienda, en general, mantener la ocupación máxima del 50% en las aulas y en los casos en que se supere ese aforo se plantean varias alternativas. Una de ellas apunta a turnos rotatorios de clases presenciales, a clases magistrales ‘on line’ o a la utilización de ‘aulas espejo’, en las que se retransmite la clase que se imparte presencialmente en otro espacio, con posibilidad de intervención de los estudiantes por medios telemáticos.

Para las prácticas, seminarios y talleres se optará por grupos reducidos de docencia presencial.

En los protocolos se incluye la creación de un equipo COVID-19 en cada centro, que tendrá contacto directo con los servicios sanitarios. Asimismo, la Junta ha propuesto a los rectores la realización de estudios serológicos al profesorado y al PAS.

El equipo de Covid-19 elaborará un plan de actuación específico de su centro. Estará formado, como mínimo, por la persona que ostente la responsabilidad académica o administrativa del mismo, una persona técnica del servicio de prevención de riesgos laborales y representantes de los grupos de interés que se estimen oportunos.

Los planes de actuación deben incluir los principios básicos de prevención y se realizarán acorde a las características propias de cada centro y a su tipología de enseñanzas y actividades. Además, contemplarán todas las medidas que deban ser tomadas en los diferentes escenarios posibles; esto es, de docencia presencial, a distancia o multimodal.

MEDIDAS PARA USUARIOS DE LOS CENTROS

El plan recogerá la imposibilidad de acceso a quienes deban desarrollar alguna actividad en el centro cuando estén en aislamiento domiciliario por tener COVID-19, presenten síntomas compatibles o permanezcan en cuarentena domiciliaria. Además, en los centros se debe disponer de forma permanente de agua y jabón, gel hidroalcohólico o desinfectantes.

Por otro lado, si fuera necesario, se dispondrá la organización de turnos que permitan mantener una distancia de seguridad interpersonal mínima de 1,5 metros. En el caso de aulas con desnivel, se debería garantizar una distancia mínima de tres metros desde la posición del profesor y el alumno.

En las interacciones entre las personas, se debe procurar una distancia de, al menos, 1,5 metros. Los aforos permitidos en aulas, laboratorios, talleres, salones de actos o salas de reuniones se recomienda que sean del 50% de su ocupación máxima, aunque el porcentaje podrá ser mayor teniendo en cuenta que, en todo caso, se deberá garantizar la distancia de 1,5 metros recomendada y el control de los flujos de personas en zonas comunes.

Cuando se trate de laboratorios, talleres o similares en los que, por sus características, no sea posible garantizar la distancia de 1,5 metros, se debe respetar el aforo del 50% y adoptar medidas de protección adicionales reforzando ventilación, limpieza y desinfección.

Para evitar aglomeraciones de personas en las entradas y salidas del centro, escaleras, pasillos y similares, se habilitarán varias entradas y salidas.

GESTIÓN DE CASOS

Si un miembro de la comunidad universitaria presenta síntomas sospechosos de COVID-19, no deberá asistir al centro hasta su valoración médica. Asimismo, tampoco deben acudir las personas que estén en aislamiento, cuarentena o pendientes de pruebas confirmatorias.

El plan dará información sobre cómo actuar ante la aparición de síntomas compatibles con COVID-19 durante la estancia en el centro e identificará espacios donde mantener aislados a los afectados hasta tomarse una decisión.

Finalmente, facilitará el rastreo de las personas usuarias del centro en el caso de presentarse algún caso confirmado, y deberá promover entre los usuarios del centro el uso de la aplicación ‘Radar Covid’ para facilitar el rastreo.

Cuando un usuario del centro inicie síntomas compatibles con COVID-19 o éstos sean detectados por personal del centro durante la jornada, se trasladará de forma voluntaria al espacio habilitado. En caso de negarse a ello, abandonará el centro y se le advertirá de su deber de contactar con los servicios sanitarios.

Si el afectado se dirige al espacio habilitado, se le facilitará una mascarilla quirúrgica y también a su posible acompañante, y se procederá a contactar con la persona que sea referente Covid-19 del centro.

Si está grave, se avisará al 112. En otro caso, se debe contactar con su centro de salud o con alguno de los teléfonos habilitados por Salud y Familias para evaluar la sospecha. Una vez evaluado, de ser necesario abandonará el centro permaneciendo en aislamiento domiciliario a la espera del resultado de la PCR.

Desde la confirmación del caso, se realizará una evaluación de los posibles contactos estrechos por las autoridades sanitarias. Una vez detectados, estarán en cuarentena 14 días desde el último día de contacto con el caso confirmado.