Sir Ken Robinson, el hombre que afirmaba que las escuelas y la educación mataban la creatividad, se apagó

Ken Robinson, uno de los hombres más aclamados en el mundo entero por luchas contra el sistema educativo actual, ha fallecido en Los Ángeles a la edad de 70 años debido a un cáncer que padecía.

La propia familia es la que ha dado el pésame a través de la red social Twitter.

¿Quién fue Ken Robinson?

Ken Robinson fue un escritor, educador y conferencista británico. Sus pasos lo llevaron a estudiar en la Universidad de Leeds, donde se formó en drama y en inglés. Sin embargo, al terminar, se matriculó en la Universidad de Londres. A los 31 años presentó una tesis doctoral donde relacionaba el drama y el teatro con la educación. Fue, durante cuatro años, director del proyecto The Arts in Schools Project, una iniciativa que buscaba mejorar la enseñanza y el aprendizaje de las artes.

También fue profesor de educación artística y portavoz del departamento de educación artística de la Universidad de Warwick. Además de investigador de la Facultad de Educación y otros muchos cargos que hicieron que su nombre fuera muy conocido en el mundo educativo.

Sin embargo, fue en 1998 cuando el propio Ministro de Educación y Empleo británico lo puso al frente de un comité sobre educación creativa y cultura. De este salió el llamado Informe Robinson, traducido como: Todos nuestros futuros: creatividad, cultura y educación. De gran impacto, debido a que dejaba en evidencia la poca importancia que tenía la creatividad en la educación, fue una voz que buscaba un cambio en las escuelas y en la educación tradicional.

Un prolífico conferenciante que se dio a conocer por su conferencia ¿Matan las escuelas la creatividad?

Sin duda, Ken Robinson fue una persona que quería que todo el mundo se diera cuenta de lo que él mismo advertía, que la escuela y la educación tradicional mataban la creatividad. Y por eso, dedicó mucho de su tiempo a realizar charlas. Una de ellas, pronunciada en 2006, fue la que le hizo más famoso.

Actualmente cuenta con 66 millones de reproducciones, con un tono de tú a tú. Ameno, divertido en ocasiones, sin aburrir a su público sino haciéndole partícipe de lo que él decía.

La forma en la que a una persona, grande o pequeña, se le pueden quedar todos los conocimientos. Eso era lo que él quería enseñar a los demás: que si los profesores impartieran las clases de otra manera, la creatividad no se perdería. Al contrario, aumentarían los artistas y el mundo sería mejor.

Sin embargo, lamentablemente la vida de Ken Robinson ha llegado a su fin. Y solo los seguidores y aquellos que habían interiorizado sus palabras, seguirán luchando por ese cambio en el sistema educativo.