Cheiw, Bubbaloo, Bang Bang y otras marcas de chicles que nos volvían locos

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Si tan cierto es que el azúcar pica los dientes, los niños nacidos entre los 70 y 80, la llamada generación de la EGB, estaría prácticamente sin dentadura. Por aquellos años, las golosinas se compraban de a duro y no había tanta variedad como hay ahora.

Eso sí, los padres eran más permisivos y con la paga del fin de semana podías hartarte a comprar chicles de todo tipo, desde los Cheiw, Bang Bang, Boomer, las barras de labios o incluso algunos que a día de hoy siguen existiendo como los melones o los Kojak, que tenían 2×1, caramelo en palo y chicle dentro.

Hacemos un repaso a todos esos chicles de la infancia que no acabaron con nuestros dientes y que a día de hoy suponen un grato recuerdo de tiempos mejores.

Cheiw

Cheiw, Bubo Bang Bang Y Otras Marcas De Chicles Que Nos Volvían Locos

Una explosión de fresa ácida en tu boca, eso es lo que sentías cuando te metías un chicle Cheiw en la boca. Aunque no era ese el único sabor, ya que había de más sabores como eran la menta o la clorofila.

Los envases de los Cheiw eran bastante planos y rectangulares. Se parecían mucho a las gomas de borrar, así que había que tener cuidado con no confundirse con una de ellas. Es más, en algunos colegios más de uno pegaba un bocado a la goma, ya que era una broma muy habitual la de cambiar el propio chicle por esta goma y regalárselo a un amigo para ver su expresión al morder algo insípido.

Si tenemos que destacar uno de los sabores de Cheiw, ese era el de chocolate, que sin duda alguna hizo las delicias de los niños de la época ya que estaba bastante conseguido el sabor y era muy rico. También hemos de decir, que Cheiw tenía una marca para otro tipo de chicles, que era Bubo, que incluso tenía mascota propia. Los Bubo eran de naranja por fuera y fresa por dentro.

Boomer

Cheiw, Bubo Bang Bang Y Otras Marcas De Chicles Que Nos Volvían Locos

Otro de los chicles más famosos de los años 80 y 90. Estos chicles presumían de poderse estirar kilométricamente y hacer las pompas de chicle más grandes. También destacaban por su multitud de sabores, ya que podíamos encontrarlos de fresa, fresa ácida, manzana ácida, mandarina, coco, melocotón…

Pero si tenemos que elegir un sabor estrella y que arrasaba entre los niños en las tiendas de golosinas ese era el sabor natilla. Un sabor que de verdad sabía a aquel postre tan rico que hacían nuestras madres o que compraban en los supermercados. Boomer se fue convirtiendo por mérito propio en la marca más vendida y en los chicles con más éxito.

Sin embargo, la llegada del euro fue apagando esta fama y el alto número de ventas ha ido reduciéndose a la misma velocidad que el recorte en sabores y formatos del chicle. A día de hoy todavía podemos encontrar chicles Boomer en su formato kilométrico, donde nos ofrecen una tira larga de chicle y podemos cortar la cantidad que queramos.

Bang Bang

Cheiw, Bubo Bang Bang Y Otras Marcas De Chicles Que Nos Volvían Locos

Otros de los chicles más populares y vendidos junto con las dos marcas anteriores eran Bang Bang, cuyo formato de venta era en formato alargado, aunque cuando sacabas el chicle, realmente era cuadrado y venía envuelvo individualmente en un papelito. Los envoltorios de Bang Bang eran los más bonitos y llamativos, mezclando dos tipos de colores según los sabores.

La variedad de sabores que tenía también era bastante amplia, desde sabores más suaves hasta sabores cítricos o llamados ácidos como la fresa o el limón. Tenían como compromiso el aguantar el sabor más que el resto, aunque a la hora de la verdad no había ninguna goma de mascar que retuviera el sabor eternamente.

Lo que si que podían hacer estos Bang Bang eran estirarse de una forma inmensa y así podías realizar las pompas de chicle más grandes del grupo de tus amigos, pero cuidado si te explotaba en la cara o te la pinchaban, porque te ponías de chicle hasta el pelo.

Bubbaloo

Cheiw, Bubo Bang Bang Y Otras Marcas De Chicles Que Nos Volvían Locos

Los chicles Bubbaloo eran también de los más famosos de la tienda, aunque no eran españoles. Venían de Estados Unidos y la característica que los hacía especiales era que estaban rellenos de crema por dentro. Eran chicles redondos que al igual que los bombones rellenos, al morderlos, una explosión del caramelo que fuera dentro te inundaba la boca.

Quizás los más mayores no hayan disfrutado de estos Bubbaloo, pero los que tienen de 35 para abajo seguro que alguna vez los han podido degustar. Lo malo que tenían es que aparte del líquido interior, no tenían demasiado sabor, además eran muy grandes y en seguida se hacían bola y había que tirarlos.

Los Bubbaloo dieron lugar a la creación de otro tipo de chicles que actualmente se venden y que tienen distintas formas como pelotas de fútbol o pelotas de tenis, barriles de madera, etcétera.

Kojak

Cheiw, Bubo Bang Bang Y Otras Marcas De Chicles Que Nos Volvían Locos

Chupachups es una marca internacionalmente conocida. Ha triunfado por ponerle un palo a un caramelo y hacer que lo podamos comer sacándolo de la boca, de esta manera dura más y evitamos atragantamientos. La marca Fiesta quiso mejorar aún más la idea y lanzó uno de sus productos estrella junto a las piruletas, el Kojak.

Con el nombre de un personaje calvo de los años 70, Fiesta presentaba a su producto Kojak como el chupachups definitivo. Hoy se llamaría el Chupachups 2.0. Kojak aparte de un rico caramelo tenía sorpresa, chicle por dentro. El caramelo era de cereza y tenía un punto ácido que te enganchaba a él., además era de gran tamaño, podías disfrutarlo durante un buen rato. Pero el momento culminante venía a la hora de morder, cuando apenas quedaba ya caramelo, todavía tenías un chicle rodeando el palo enteramente para ti. Y- un chicle de grandes dimensiones y de sabor fresa, aunque hemos de ser sinceros, no era de muy buena calidad. Pero las alegrías dulces que nos ha dado Kojak y que a día de hoy le siguen dando a los niños son impagables.