Un total de 30 niños con discapacidad intelectual supera sus dificultades en la alimentación con el proyecto ‘Aprendo a comer’ de Down Madrid

Un total de 30 niños con discapacidad intelectual entre cero y seis años con dificultades en la alimentación ha aprendido técnicas de deglución, a aceptar nuevas texturas y a manejar los alimentos dentro de la boca gracias al proyecto ‘Aprendo a comer’ de Down Madrid, una iniciativa que consiste en sesiones de logopedia para potenciar la masticación y deglución de estos menores.

Este proyecto que, según indica Down Madrid en una nota, se ha podido llevar a cabo gracias a la financiación ofrecida por Rastreator con sus IV Premios Rastreator, favorece nuevos patrones musculares en la deglución y enseña a los niños a experimentar con los sabores, aceptar nuevas texturas y manejar los alimentos dentro de la boca, mejorando su salud y aumentando los niveles de bienestar físico, que repercutirán en una mayor inclusión social. ‘Aprendo a comer’ también ofrece programas y pautas a familias preocupadas por las dificultades en la alimentación dentro del servicio Escuela de Familias de Down Madrid.

Así, durante el primer año de vida de este proyecto, se han beneficiado 30 niños, la mayoría de ellos (67%) con síndrome de Down, y se han ofrecido 385 sesiones de tratamiento. Además, se han beneficiado 90 familiares y 67 asistentes del servicio de Escuela de Familias. Todos estos niños y sus familias llevan a cabo esta iniciativa en el Centro de Atención Temprana (CAT) de Down Madrid, impulsor de este proyecto.

El estado de alarma instaurado en España desde el pasado 14 de marzo a causa de la propagación del Covid-19 ha hecho que toda la población tenga que vivir confinada hasta, de momento, el próximo 9 de mayo. Ante esta situación, los niños ya no acuden a guarderías o centros educativos, de modo que hacen todas las comidas en casa con los padres.

Por ello, asegura Down Madrid, muchas familias, especialmente las beneficiarias del proyecto ‘Aprendo a comer’ ponen en valor la importancia de haber recibido pautas sobre alimentación por parte de los logopedas de Down Madrid, ya que, gracias a ellas, ellos solos pueden manejar una situación como esta y seguir trabajando en la mejora de sus hijos en la alimentación, dedicándole ahora más tiempo.

DIFICULTADES EN LA ALIMENTACIÓN

La iniciativa surge de la necesidad de buscar una solución a los problemas que las personas con discapacidad intelectual presentan a la hora de comer. Según la entidad, el 80% de los niños con síndrome de Down experimentan dificultades en la alimentación, se aprecian deficiencias significativas en la función oral motora como hipotonía, macroglosia, cavidad oral pequeña y problemas dentales, así como frecuente rechazo a la comida. Esta situación, continúa, genera mucha ansiedad a los padres, no sólo por no poder llevar una nutrición adecuada, sino porque, si no se trata desde el principio, dificultará la inclusión social de estos niños.

El hijo de Clara tiene síndrome de Noonan, un trastorno que tiene distintas patologías asociadas, una de ellas, dificultades de alimentación, que “eran evidentes desde el nacimiento”. “Para nosotros, el momento de la comida parecía una batalla campal, muy lejos del ideal de ser un momento agradable de experimentación y disfrute”, asegura Clara, al tiempo que reconoce que visitaron diferentes especialistas pero que no pudieron identificar esas dificultades hasta que no acudieron a los logopedas del proyecto ‘Aprendo a comer’.

Estos profesionales, continúa Clara, “detectaron la hipotonía de la boca y problemas de aspiraciones durante las comidas, nos dieron pautas posturales y trataron la actitud de todos en el momento de la comida”. Para Clara, el tema de la alimentación es el que “más ansiedad” les ha creado y el que “más ha condicionado nuestra normalidad”, ya que no podían hacer las comidas en público. “Gracias a Down Madrid, hemos podido abordar los problemas y empezar una reeducación de alimentación, los avances son muy lentos, pero estoy convencida de que si hubiésemos tenido una orientación más temprana no hubiéramos llegado a este punto”, manifiesta.

METODOLOGÍA DEL PROYECTO

Antes de comenzar el tratamiento de los niños que participan en el proyecto ‘Aprendo a comer’, se hace una evaluación inicial en el momento de la comida para conocer el nivel y detectar los trastornos que estén limitando la salud del niño o interfiriendo en la calidad de la misma. Esto sirve para que el profesional pueda enfocar el desarrollo de sus programas de actuación individuales de la mejor manera posible, atendiendo a los resultados obtenidos y estableciendo un objetivo funcional para cada uno de los niños.

Así, se realiza un plan de intervención individualizado basando en sesiones de logopedia centradas en tratamientos de deglución-alimentación, terapia miofuncional e integración sensorial. En estas sesiones se realizan ejercicios, supresión de hábitos y toma de conciencia de los nuevos patrones adquiridos atendiendo las características individuales de cada niño. En estas sesiones también se tiene en cuenta el papel de las familias, a quienes se les informa y asesora para satisfacer su necesidad de conocimiento, se hacen entrevistas individualizadas con ellos y participan en las sesiones.

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