El Parque de Bomberos de Arinaga abre sus puertas para celebrar la festividad de su patrón en un acto lúdico que contó con la participación de otros cuerpos de seguridad y con el que se pretende fortalecer la convivencia y la sintonía del colectivo
Suena una sirena y aparece en escena un camión amarillo del Consorcio de Emergencias de Gran Canaria. Sobre el asfalto, restos de un accidente: dos vehículos y una víctima atrapada. El mando valora la situación y, con la víctima inmovilizada, arranca la coreografía. Un equipo estabiliza los vehículos, otro irrumpe con sierras y cizallas y, en segundos, aparece un hueco sobre la luna trasera del coche. Entonces, se introduce una camilla y la víctima sale de su encierro entre aplausos.
De esta manera arrancó este domingo, 8 de marzo, la jornada en la que el que colectivo de bomberos de la Isla, en una iniciativa del personal del Consorcio de Emergencias de Gran Canaria, se reunió para celebrar la festividad de su patrón, San Juan de Dios, en una propuesta lúdica de cohesión y hermanamiento.
“Queremos hacerles llegar nuestro agradecimiento en nombre de la sociedad grancanaria”, señaló el presidente del Cabildo, Antonio Morales, que presidió el acto. Le acompañó el presidente del Consorcio de Emergencias, Pedro Justo Brito, y el gerente del mismo, Emilio Duch. Estos expresaron la implicación del Consorcio en la actualidad por mejorar las condiciones del personal a través de la renovación y mejora del equipamiento, mayor formación y la incorporación de nuevos bomberos a la plantilla. En el acto también participaron el alcalde de Tejeda, Juan Francisco Perera Hernández y Marino Alduán, director general de Presidencia de la administración insular.
El recuerdo del incendio de agosto estuvo presente. “He sido testigo del esfuerzo realizado durante los dos últimos incendios, por lo que estamos convencidos de que hay que defender y garantizar un servicio público como este”, se comprometió Morales. “Nos toca corresponder”, añadió antes de felicitar a los 15 bomberos en formación que ampliarán la plantilla este verano.
Esta iniciativa festiva parte de los propios funcionarios y, según explicó el cabo Lázaro Fernández Arguello, impulsor del encuentro, obtuvo el respaldo de todas las partes implicadas en el Consorcio como una oportunidad para fortalecer la convivencia, el ambiente familiar y que también permitiera aportar conocimientos sobre la labor y las dificultades de la profesión. “Llevo 16 años aquí y solo lo hemos hecho en tres ocasiones, así que es un día especial. Teníamos ganas de celebrar, como hacen otros colectivos y mostrar el orgullo de ser bombero”, señaló Lázaro Fernández.
Mientras, bomberos como Lázaro Fernández también se mostraron agradecidos por las muestras de afecto recibidas en el suceso estival. “Aún se me pone la carne de gallina. Fue impresionante como la gente se volcó con nosotros”, añadió sobre un acontecimiento del que aseguró: “nosotros salvamos más vidas a diario que en los episodios forestales pero lo que nos transmitieron fue muy emocionante”.
Los bomberos del Consorcio contaron con la presencia de representantes de la Policía Local, Policía Nacional, Guardia Civil, Sanitarios, Protección Civil y, por supuesto, de los restantes cuerpos de bomberos de la Isla de Gran Canaria. En total, unas 300 personas, entre niños y adultos, que disfrutaron de las actividades propuestas a lo largo del día en un ambiente distendido y familiar. Además, esto permitió poner en común y mostrar materiales o acciones que forman parte del día a día de la profesión, facilitando así una mejor simbiosis a la hora de trabajar en colaboración con otros Cuerpos.
La apertura del acto contó con un homenaje a los compañeros que por diversas razones no se encuentran en activo desde la creación del Consorcio de Emergencias de Gran Canaria. Posteriormente, se realizó una exhibición de habilidad como la extracción de una persona accidentada de un vehículo, el descenso y traslado de camilla o una demostración con vehículos de altura. Le siguieron talleres de resucitación cardiopulmonar y maniobra de Heimlich, acompañada por una pequeña charla informativa. También se realizó una experiencia en la que se recreó la sensación de asfixia a la que se enfrenta un bombero en un espacio cerrado. La jornada se completó con un taller de despliegue de mangueras, así como con varios stands de ocio infantil como el de pintura corporal o de globos y castillos hinchables.