Abalos ve un “delirio” las críticas a la mesa de diálogo y censura el “poso de autoritarismo” de la oposición

El ministro de Transportes y secretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos, hizo este sábado una férrea defensa del diálogo con la Generalitat de Cataluña y llegó a tachar de “delirio” que “ya no podamos ni hablar” porque la oposición cree que está “mal”.

En un acto del PSOE en San Juan del Puerto (Huelva), aunque sin aludir directamente al arranque de la mesa de diálogo entre el Gobierno y la Generalitat, Ábalos quiso referirse indirectamente a este asunto cuando dijo que “se pueden afrontar tantas cosas que se consideran tabús y mitos” pese a los “prejuicios y prevenciones” de la oposición.

Tres días después de la primera reunión de la mesa de diálogo con la Generalitat, respondió a la derecha que lo contrario al diálogo es “el autoritarismo”. A su juicio, la oposición “ha llegado ya al delirio de que no podemos ni hablar, de que dialogar está mal porque al hablar rompes”. “¿Y cómo se hace democracia sin dialogar?”, se preguntó el ‘número tres’ del PSOE, a lo que él mismo respondió que “lo contrario al diálogo es el autoritarismo y la imposición”.

“¿Se puede hacer un ejercicio democrático sin dialogar con el distinto? ¿Tenemos que hablar con los convencidos, con los que pensamos igual?”, insistió el ministro de Transportes, para quien “eso tiene un poso de autoritarismo tremendo” porque implica no reconocer la diversidad, no tolerar al diferente y no reconocerle “ninguna dignidad”.

Así, estimó que la derecha no reconoce al diferente esa “cualidad básica” de tener una posición distinta y atribuyó a esta visión que “cosifique” y “desprovea de dignidad” al que considera como “el enemigo”. “¡Hay que reconocer la diferencia!”, enfatizó el secretario de Organización de los socialistas.

En este ambiente de “crispación”, Ábalos se quejó de que se “cuestione lo más básico de una democracia”, que es “el respeto”. “Aquí hay quien no respeta. Sé que les sabe mal, pero cuando a uno no le respetan no te queda más que hacerte respetar”, advirtió el ministro que está en el foco de la oposición por su cita con la vicepresidenta de Venezuela, Delcy Rodríguez.

Sobre esta polémica, se limitó a bromear con la militancia con que es consciente de que últimamente es “objeto de deseo” de la oposición, a pesar de que sea “evidente” que “no son días de gusto”. “Pero yo no estoy aquí por mí, yo sé para lo que estoy, lo que represento y yo soy un elemento más de esta cadena”, trasladó.

“DERECHITA COBARDE”

Dicho esto, se centró en cargar con dureza contra el PP al considerar que “ha interiorizado el complejo de derechita cobarde” y también extendió sus críticas hacia Ciudadanos preguntándose “cómo un proyecto se puede disolver como un azucarillo” en “tan poco tiempo”.

Ábalos se revolvió contra la derecha que “reacciona de modo tremendo” a todo lo que hace el Ejecutivo. “Tras este tremendismo, exageración, crispación y agresividad en las formas no creáis que hay fortaleza; lo que hay es mucha debilidad”, valoró.

Según Ábalos, el PP “no acaba de saber dónde tiene que estar” y al final “el discurso lo marca la ultraderecha”, en alusión a Vox. Por ello, estimó que el partido de Pablo Casado “ha interiorizado ese complejo de derechita cobarde” y “lo siente tanto” que tiene que exhibir que “cuando se pone en plan derecha no les supera nadie”.

Aludió a las elecciones gallegas y vascas para ahondar en sus críticas al PP. En primer lugar, opinó que el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, trata de “aparentar que no es del PP”. “Desde luego la marca no debe vender mucho cuando está tratando que no se le confunda…”, deslizó Ábalos.

Sobre el País Vasco, analizó que en Génova “han acabado tirando a un moderado”, en referencia a la decisión de Pablo Casado de fulminar a Alfonso Alonso como candidato de la coalición PP+Cs y encontrarle recambio en Carlos Iturgaiz. “Leía el otro día que en el PP es más fácil dimitir por moderado que por corrupto”, dijo entre las risas de los presentes.

De todo ello arguyó que Casado “cree que la política es aritmética” cuando en realidad “es proyecto, es empatía, capacidad de generar ilusión, confianza y de construir algo que valga la pena”. La política, se reafirmó, se sustenta en valores positivos “y no en el odio, la recriminación o la crispación”.

“DISOLUCIÓN” DE CS

Dicho esto, lanzó sus dardos hacia Ciudadanos, ese partido que “venía a regenerar”. Admitió que nunca ha visto una “disolución” mayor en “tan poco tiempo”. “¿Cómo un proyecto se puede disolver como un azucarillo?”, planteó, antes de pronosticar que “van a acabar en el PP” porque Inés Arrimadas “es la liquidadora concursal de algo que entró en quiebra”.

“Ahora vemos que tenían en la Junta Electoral Central (JEC) uno a sueldo” después de presentar esta misma semana una iniciativa para despolitizar la justicia, expuso Ábalos, para quien es “grave” que el vocal de la JEC Andrés Betancor cobrase como asesor del partido mientras el órgano tomaba decisiones que afectaban a procesos electorales catalanes.

“En fin, yo estoy convencido de que están en la fase de liquidación”, insistió Ábalos sobre la situación interna que vive Ciudadanos. Según su análisis, toda la derecha está inmersa en tal “deriva” que no es capaz de ofrecer “ningún proyecto de futuro” y lo que más “avergüenza” en este panorama es que la “ultraderecha que no representa más que a una minoría” sea la que marque la agenda de algunos gobiernos autonómicos. “Con esa anomalía tenemos que terminar y lo haremos los socialistas”, remachó el ministro de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana.

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