Los independentistas aplauden que Sánchez ceda a sus presiones y quiera volver a hablar con Torra

El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, anuncio minutos después de aceptar el encargo del Rey de formar gobierno, que “a partir de la próxima semana” llamaría “a todos” los presidentes autonómicos, así como al presidente de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), para “compartir” la idea de que haya “cuanto antes con un Gobierno”.

De esta manera Sánchez encontraba una buena coartada para cumplir con uno de los requisitos que le exigen los independendistas a cambio de facilitar su investidura: retomar el diálogo con el presidente de la Generalitat, Quim Torra, después de meses sin responder a sus llamadas.

Sánchez anunciaba una ronda con todos los presidentes, para no tener que anunciar que llamaría únicamente a Torra. En primer lugar telefoneará al lehendakari vasco Iñigo Urkullu, siguiendo el orden protocolario establecido a partir de la aprobación de los estatutos de autonomía. El segundo en ser llamado será Torra.

A la espera de esos contactos, ERC ya se ha atribuido el éxito del cambio de postura de Sánchez. «Le pedimos al PSOE que se tenía que respetar las instituciones catalanas y a sus máximos dirigentes y que hacía falta una llamada al presidentcomo gesto», ha asegurado la portavoz de la formación Marta Vilalta.

Desde la Generalitat, que venían reclamando insistentemente que Sánchez aceptara hablar con Torra, restan ahora importancia al cambio de postura. La consejera de la portavoz del Govern, Meritxell Budó, ha asegurado que retomar el diálogo dentro de una ronda de presidentes autonómicos es un gesto «vacío y estéril» e insisten en reclamar una relación bilateral y en negociar la autodeterminación.