Encarnación Guardia Moreno
El 1 de febrero de 1990, en el número 39 de la calle San Luis, del Albaicín de Granada, Encarnación Guardia Moreno perdía la vida en un extraño ritual satánico.
Los culpables de su muerte fueron identificados como: Mariano Vallejo, espiritista y apodado como ‘el pastelero’; sus primas: Enriqueta e Isabel Guardia Alonso; y su sobrina Josefa Fajardo.
‘El pastelero’ aseguraba tener poderes sanadores y ser todo un experto en realizar exorcismos, así se vendía a su cándida clientela. Encarnación, de 36 años en aquel entonces, contrató sus servicios convencida de que el incierto origen de sus dolencias era obra del maligno. Decía sentir «algo ajeno y extraño en su interior».
Durante el ‘tratamiento’, los detenidos le hicieron beber una poción mágica que incluía 250 gramos de sal diluida en agua, bicarbonato y aceite. La golpearon violentamente y su ano y vagina fueron desgarrados para expulsar al diablo con una barra de acero. La mujer murió como como consecuencia del elevado nivel de sal en su sangre.
Lewis Peschet
«Estaba aburrido todo el tiempo y quería hacer algo emocionante», explicó Lewis Peschet, de 21 años de edad, al tribunal de Aisne, Francia, ante el cual comparecía por el asesinato de Sonia Brunbrouck.
El 19 de abril de 2012, Lewis quedó con la joven de 17 años en las ruinas de la abadía de Saint Vincent, un convento abandonado cerca de Laon (Francia). La pareja se encontró en un bosque, donde el asesino la asestó unas sesenta puñaladas. Después descuartizó su cuerpo y lo escondió.
Al día siguiente, los hechos fueron denunciados por la exnovia de Peschet, Julie, después de que éste le confesara el asesinato la noche annterior.
El sospechoso fue detenido y colaboró con La Gendarmería en todo momento y les indicó dónde había escondido el cadaver.
El joven Peschet estaba obsesionado con la muerte. «Matar es creer» se podía leer en una pintada escrita en la pared de su habitación, donde los agentes encontraron partes de animales disecadas y conservadas en bolsitas de té debajo de su cama.
El 1 de octubre de 2014 fue declarado culpable por el asesinato de Sonia Brunbrouk y sentenciado a cadena perpetua sin derecho a libertad condicional hasta pasados 22 años. Recibió el veredicto con una sonrisa dibujada en la cara.
«Decía estar invadido por demonios morbosos que le impulsaban a cometer un crimen. Estaba realmente obsesionado con la muerte y eso le creó un carácter monstruoso, pero todavía hay un lugar para la humanidad en la vida de este niño«, dijo su abogado.
Fernanda Chávez
Fernanda Chávez, de once años de edad y de Ciudad Madero, Tamaulipas, Mexico, acabó con la vida de sus dos hermanos durante el mes de julio de 2015 “por órdenes del diablo”. La menor confesó que había asfixiado a sus hermanos pequeños porque escuchaba voces que le ordenaban hacerlo.
Sus padres declararon que se comportaba de forma extraña y que en que alguna ocasión les había comentado que “hablaba con Satanás”, pero pensaron que se trataba de un juego de niños.
El 19 de julio de 2015, asfixió a su hermana Camila de 9 meses de edad. Una semana después, su hermano Fabián Chávez de 3 años fue trasladado al hospital por problemas respiratorios, Fernanda había intentado ahogarle. El niño fallecía hora después.
A los pocos días, la Fernanda ingirió numerosos medicamentos y tuvo que ser ingresada como consecuencia de a una intoxicación.
La niña comentó a los médicos que sólo cumplía con las órdenes del diablo.
Zaida
Una mujer fue arrestada en Toledo tras degollar a su bebé de pocos meses de vida en el altar de una capilla de el cementerio municipal de Villa de Don Fadrique, en la citada localidad de Casilla -La Mancha.
El suceso tuvo lugar una mañana de 2015 cuando la mujer, de unos 30 años y residente del pueblo, se llevó a sus dos hijos, uno de tres años y otro de pocos meses, al citado campo santo.
El niño mayor permaneció en el coche mientras que su hermano era degollado dentro de la capilla.
Tras los hechos, la mujer huyó del lugar del crimen y se dirigió hasta a iglesia de Nuestra Señora de la Asunción en la que entró al grito de “¡Tengo al demonio a dentro!”
Annaliese Michel
Annaliese Michel, una joven católica alemana, murió un año después de que le hubieran practicado un exorcismo.Michel decidió dejar de tomar la medicación y de seguir el tratamiento psiquiátrico que los especialista le habían recetado siete años antes debido a sus extrañas dolencias.
Su autopsia reveló que la víctima presentaba un cuadro de desnutrición severo, y tanto sus padres como los sacerdotes que llevaron a cabo el ritual fueron acusados de homicidio negligente.
Cuando tenía 16 años, Michel tuvo un ataque de epilepsia diagnosticado. Padeció una depresión y fue ingresada en una institución mental. A su salida, no había mejorado. Tenia fobia por la simbología religiosa y escuchaba voces en su cabeza.
Los síntomas se fueron agravando hasta que en 1975 dos sacerdotes obtuvieron permiso del obispo local y le realizaron el exorcismo. Annaliese murió el uno de julio.
Los acusados fueron declarados culpables y sentenciados a seis meses de prisión conmutados a cambio de una pena por tres años de libertad condicional y el pago de una fianza.
Su historia fue adaptada al cine el la cinta ‘El exorcismo de Emelie Rose’.
