La compañía norteamericana Amazon ha reconocido públicamente que muchos de sus empleados escuchan las conversaciones de los usuarios cuando estos hablan con el dispositivo Alexa, el asistente virtual desarrollado por el gigante electrónico.
Según la compañía, las grabaciones no se destruyen y se almacenan de manera indefinida hasta que el usuario ordena su eliminación, tal y como reconoció el vicepresidente de Política Pública de Amazon, Brian Huseman, en una carta enviada al senador de Estados Unidos Christopher Coons, tal y como recoge ‘El Mundo‘.
«Mantenemos las grabaciones de voz y sus transcripciones hasta que el usuario decide eliminarlos», explicó Huseman.
Cuando se borra el historial de Alexa, Amazon elimina las transcripciones de «todos los sistemas de almacenamiento primarios» del servicio, pero no es así en todos los casos. Por tanto algunas se quedan indefinidamente en posesión de Amazon.
Según el empresario la compañía realiza «un esfuerzo continuado para asegurar que estas transcripciones no permanezcan en ninguno de los demás almacenamientos de Alexa».
«Cuando un consumidor interactúa con una ‘skill’ de Alexa, el desarrollador de esta ‘skill’ podría también mantener registros de la interacción», explicó
Amazon ha respondido también a las preguntas del senador Coons sobre el funcionamiento de Alexa y qué cantidad de tiempo graba después de un comando de voz, algo que «determina el sistema de reconocimiento automático de lenguaje» del asistente, según Huseman.
«Procesar audio que no está dirigido a Alexa es costoso, no proporciona ningún valor a Amazon y es un perjudicial para la experiencia de nuestros consumidores», aseguró.
