Los médicos alertan: lo que experimenta tu cuerpo mientras te sometes al ‘juego de la muerte’

Recientemente, ha saltado a los medios de comunicación la tendencia que empieza a extenderse entre los adolescentes del “juego de la muerte”.  Esta práctica ya ha generado muertes o lesiones neuronales a numerosos jóvenes y adolescentes en distintas partes del mundo. Básicamente, consiste en oprimirse las arterias carótidas del cuello, lo que impide la llegada de oxígeno al cerebro y, cuando se prolonga en el tiempo, la muerte por asfixia.
El cerebro sufre lesiones cuando se reduce el aporte de oxígeno  que recibe –de forma parcial (hipoxia) o total (anoxia)- por un tiempo mayor del que pueden soportar los mecanismos compensatorios encargados de evitar la muerte neuronal.

Oxígeno, vital para el cerebro

El oxígeno es vital para el normal funcionamiento del cerebro .“Pese a que el cerebro apenas representa el 2% del peso de nuestro cuerpo,  consume el 20% del aporte de oxígeno total”, explica el Dr. Enrique Noé, director de investigación del Servicio de Neurorrehabilitación de Vithas NeuroRHB. “El cerebro tiene una escasa capacidad para almacenar nutrientes por lo que demanda un elevado aporte de oxígeno de forma constante”, afirma.
Por ello, el tejido cerebral es capaz de soportar hasta un máximo de 4 ó 5 minutos de anoxia mantenida. Una vez sobrepasado este tiempo empezará a provocarse un daño en el tejido cerebral que será más intenso cuanto mayor sea el tiempo de anoxia establecido.

Después de 15 minutos de privación de oxígeno, más del 95% del tejido cerebral estará dañado de forma irreversible. “Normalmente, después de 3 o 4 minutos, el sujeto pierde la conciencia y el cerebro, especialmente aquellas áreas con una alta demanda de oxígeno, empiezan a notar la falta de aporte. Las consecuencias pueden ser desde problemas de aprendizaje y memoria, movimientos anormales, disminución de la capacidad visual u otros síntomas relacionados con la afectación de aquellas áreas del cerebro encargadas de procesar de forma continua la información, hasta estados de coma prolongados o incluso el fallecimiento”.

Consecuencias del “juego de la muerte”

El  “juego de la muerte”, igual que otros procesos que generan hipoxia/anoxia,  puede llegar a provocar graves secuelas neurológicas. Si como consecuencia de este juego, el aporte de oxigeno al cerebro se prolonga en el tiempo se pueden poner en marcha diversos mecanismos de muerte neuronal que suelen conllevar secuelas neurológicas irreversibles, dependientes de la extensión y localización del daño.
Entre las áreas especialmente vulnerables a la anoxia y los síntomas asociados a este problema que pueden acontecer después de este fatídico juego destacan:
• Hipocampo: Problemas de aprendizaje de nueva información y memoria
• Ganglios basales: Movimientos anormales
• Cerebelo: Problemas de coordinación, temblor
• Corteza cerebral (fundamentalmente la corteza posterior): crisis epilépticas, problemas de visión.
• Tálamo: coma, estados vegetativos o de vigilia sin respuesta.
Cuando la privación de oxígeno se prolonga en el tiempo, “la disfunción neuronal alcanza a los núcleos o redes encargados de la regulación de los sistemas vitales y, en el peor de los casos, puede incluso producirse el fallecimiento de la persona”, asegura el Dr. Noé.