Se cumplen seis años de la muerte de Mario Biondo, un caso aún sin resolver

El 30 de mayo de 2013, Mario Biondo, marido entonces de la periodista Raquel Sánchez Silva, aparecía muerto en extrañas circunstancias en su casa de Madrid. El caso se cerró cuando los investigadores determinaron que se trataba de un suicidio, pero muchas preguntas continúan sin respuesta seis años después de su muerte.

Tras las protestas de la familia del cámara de origen italiano, que no estaba de acuerdo con la resolución de la investigación, su cuerpo ha sido sometido a tres autopsias.

El primer examen forense concluía que la muerte de Biondo se había producido al ahorcarse con una pashmina. La segunda autopsia, realizada a petición de las autoridades italianas, confirmó este dictamen y además descartó la intervención de una segunda persona al no encontrar signos de violencia en el cuerpo de la víctima, por lo que también se descartó que se tratara de un asesinato. Fue una muerte voluntaria.

Los resultados de la tercera autopsia, realizada el 5 de noviembre de 2018 tras reabrirse el caso, todavía no han sido publicados.

Más allá de los resultados que éste último examen puedan arrojar, todavía existen muchas dudas en torno al fallecimiento.

La versión de la asistenta señala encontró el cuerpo del cámara sobre las 17:00 horas, sin embargo, un vecino asegura haber visto ambulancias en la casa a medio día. Le dijeron que alguien había fallecido. Además, dos de sus compañeros en el programa de TVE ‘Masterchef’ declararon ante el juez que sobre las dos de la tarde ya sabían que el italiano había fallecido.

Tras la muerte de Biondo, su ordenador portátil fue hackeado desde una dirección IP que coincide con la del primo de Raquel Sánchez Silva en Plasencia, se borraron fotografías personales y otros datos, tal y como recuerda ‘Look‘.

Según el mismo medio, la noche de los autos Sánchez Silva se encontraba en Plasencia tal y como dijo la viuda al juez y consta en el auto judicial. Pero según ‘Le Iene’, un conocido programa italiano, la periodista podría haber pasado la noche en Madrid en una fiesta del empresario Kike Sarasola.