Sánchez y Casado tendrán relaciones mientras el Gobierno no se sustente en los independentistas

El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, y el líder del Partido Popular, Pablo Casado, “normalizaron” este lunes sus relaciones y prometieron seguir manteniendo contactos en grandes temas de Estado, incluida la unidad territorial y el desafío secesionista, siempre y cuando se cumpla la exigencia de los populares de que el nuevo Ejecutivo no se sustente en los apoyos de los independentistas.

Así se desprende de la reunión de poco más de hora y media que mantuvieron ambos líderes políticos en el Palacio de la Moncloa tras las elecciones generales del 28 de abril que arrojaron una victoria del PSOE con 123 diputados y colocaron al PP como principal partido de la oposición con 66 escaños.

La Moncloa tildó la reunión de “cordial, afable y fluida”, mientras que el PP habló de un encuentro “bueno” en lo personal que sirvió para que Sánchez y Casado acordasen mantener “una comunicación permanente sobre la situación territorial, en especial sobre Cataluña”. Se rememora así el posicionamiento que el líder socialista mantuvo desde la oposición cuando el popular Mariano Rajoy estaba al frente del Gobierno.

Según Moncloa, se ha “conseguido” el “objetivo de normalizar las relaciones con esta toma de contacto” que pone fin a la etapa de “bronquedad” que se inició el 24 de octubre de 2018, cuando Sánchez dio por rotas las relaciones con Casado después de que éste no se retractase tras decirle que era “partícipe y responsable del golpe al Estado que se está perpetrando en España” por los líderes independentistas en Cataluña.

Casado compareció tras el encuentro en la sala de prensa en la que el Gobierno da cuenta del contenido del Consejo de Ministros, lo que le confiere el reconocimiento de líder de la oposición, ya que por ejemplo los presidentes autonómicos u otros líderes sociales y políticos suelen comparecer en una sala anexa de menor tamaño.

“Le he pedido que no dependa de los independentistas”, transmitió Casado con prontitud a la prensa. Para el líder del principal partido de la oposición, en este momento también hay que “evitar contraprestaciones a partidos que han demostrado que prefieren los intereses de sus propias comunidades autónomas, es decir nacionalistas”.

NACIONALISTAS

Incidió en la necesidad de que el nuevo Gobierno “no dependa de aquellos partidos que han demostrado gran deslealtad en el cumplimiento de la ley y en la fractura de la convivencia y de la prosperidad en Cataluña”. Aseguró que no facilitará la investidura de Sánchez y recalcó que pondrá objeciones a cualquier pacto en el que participen los que “no están de acuerdo con el proyecto de defensa de la Constitución”.

A juicio de Casado, ya “no es sorpresa que el nacionalismo actualmente, incluido el vasco y el navarro, está yendo contra la igualdad de los españoles”, como tampoco lo es que los partidos secesionistas son los que han decidido “situarse fuera de la Constitución y fuera de la legalidad”.

A pesar de que remarcó en varias ocasiones que un Gobierno del PSOE no contará con el apoyo del PP ni con su abstención para la investidura, dijo entender que “lo mejor para España es que se pueda llegar a acuerdos” con partidos que “respeten nuestro sistema constitucional y los mínimos mimbres en materia de lo que tiene que ser la unidad nacional”.

En otras palabras, explicó que “no podemos facilitar este Gobierno, pero podemos entender que otros partidos que respetan la Constitución y la unidad de España consideren hacerlo”. Se refirió así indirectamente a la suma con Ciudadanos que garantizaría la investidura de Sánchez y recalcó que ya han pactado en 2016.

“GOBIERNO DÉBIL”

En todo caso, el líder nacional de los populares avanzó que en el PP estarán “muy vigilantes” a cualquier cesión que se haga a los partidos independentistas “en el ámbito presupuestario, jurídico, de transferencia o de ruptura de la unidad nacional”. En el caso de que no haya pactos con independentistas, la intención es que siga habiendo contactos con el Gobierno regularmente.

Casado advirtió de que ante un “Gobierno débil” hará una oposición “fuerte” aunque también “responsable”, abriéndose a hablar de los grandes temas de Estado con el PSOE tras “normalizar” hoy sus relaciones con Sánchez. “Yo no tengo enemigos, sino adversarios políticos”, dijo Casado tras “romperse el cordón sanitario que se tejió contra el PP”.

De hecho, tras esta cita, desde Moncloa confirmaron que habrá “encuentros regulares” con el líder de la oposición para cuestiones de gran importancia en las que se buscará una “relación constante”, como puede ser el Pacto de Toledo y las pensiones o el impulso a la ciencia y la transición ecológica.

Fuentes gubernamentales también subrayaron que “no se ha hablado sobre acuerdos poselectorales ni otras cuestiones cuyo desarrollo compete a los grupos parlamentarios”. El propio Casado no quiso anticipar acontecimientos en este sentido por respeto al rey Felipe VI y a la ronda de contactos requerida para la investidura del futuro presidente.