Marlaska está «convencido» de que se bajará a 30 km/h el límite en la mayoría de las calles

El ministro del Interior en funciones, Fernando Grande-Marlaska, se mostró este lunes «absolutamente convencido» de que el próximo Gobierno estará presidido por Pedro Sánchez y aprobará algunas reformas en materia de seguridad vial que se quedaron pendientes en la pasada legislatura, como la reducción del límite de velocidad a 30 km/h en las calles de un único carril por sentido (que son la mayoría en las ciudades) y regular los vehículos de movilidad personal, entre ellos los patinetes.

Así lo manifestó Markasla a los periodistas tras inaugurar la VIII Asamblea General del Observatorio Iberoamericano de Seguridad Vial (Oisevi), que reúne en Madrid hasta el próximo miércoles a representantes de una veintena de países de esta región.

Marlaska comentó que en la legislatura pasada se quedaron «muchas cuestiones pendientes» en relación a la seguridad vial en España, pero destacó que la Subsecretaría del Ministerio del Interior y la Dirección General de Tráfico (DGT) han pautado un trabajo del que se mostró convencido que saldrá adelante.

El ministro afirmó que «una cuestión muy clara» es que «Sánchez va a seguir siendo presidente del Gobierno de España y el presidente Sánchez con la seguridad vial tiene, como en otras materias, una preocupación máxima».

Marlaska indicó que Sánchez «ha estado muy detrás» de los proyectos de cambios normativos en los que ha venido trabajando la DGT durante los últimos meses. «Estoy absolutamente convencido de que esas reformas saldrán adelante», sentenció.

Una de esas tareas pendientes es un real decreto sobre medidas urbanas que la DGT ha enviado a órganos consultivos como el Consejo de Estado, entre otros.

LÍMITES DE VELOCIDAD

Esa reforma, a la que tuvo acceso Servimedia y que supondría modificar el Reglamento General de Circulación, fija tres límites genéricos de velocidad en las vías urbanas (actualmente hay uno y es de 50 km/h): 20 km/h para las calles de plataforma única de calzada y acera, 30 km/h para las de un único carril por sentido de circulación y 50 km/h para las de dos o más carriles por sentido (en este último caso, 40 km/h para los vehículos con mercancías peligrosas) y para las travesías. Los carriles bus o reservados para taxis u otros usuarios no cuentan en estas limitaciones genéricas.

No obstante, el real decreto recalca que los ayuntamientos puedan rebajar esos límites genéricos y subir el de 30 a 50 km/h, para lo cual deben instalar la señalización correspondiente en el plazo máximo de seis meses tras la entrada en vigor del real decreto.

El real decreto supondría que incumplir los nuevos límites será considerado como infracción grave o muy grave e implicará una sanción de una multa de 100 a 600 euros y la pérdida de hasta seis puntos en el carné, según la velocidad.

Lo más significativo es que los conductores pierden ahora puntos al circular a partir de 71 km/h en las calles de un único carril o de un carril por sentido, ya que el límite actual es de 50 km/h, pero con el real decreto lo harían ya con 51 km/h.

Así, circular por una calle con un carril por sentido supondría perder dos puntos si se va a entre 51 y 60 km/h, cuatro si se hace entre 61 y 70 km/h, y seis a partir de 71 km/h.

PATINETES Y RADARES

Además, el real decreto también propone cambiar el Reglamento General de Vehículos para regular los vehículos de movilidad personal (entre ellos los patinetes) con el fin de que no puedan ir por las carreteras ni por las aceras, su límite máximo sea de 25 km/h y necesiten de un certificado de circulación específico.

Por otro lado, Marlaska recalcó que los radares en las carreteras «tienen una finalidad de seguridad, no recaudatoria», y que el Gobierno los instala «siempre con parámetros de seguridad vial, nunca en términos de recaudación».

Durante su intervención al inaugurar la VIII Asamblea General del Oisevi, Marlaska indicó que más de 110.000 personas fallecieron en las carreteras iberoamericanas en 2016 y se calcula que más de la mitad de de las víctinas son usuarios vulnerables de las vías (peatones, ciclistas y motoristas). «Tenemos la obligación ética y moral de hacer el máximo esfuerzo posible para evitar estas muertes. Y estamos decididos a hacerlo y queremos hacerlo juntos», dijo.

A este respecto, Marlaska comentó que «la próxima década debe ser la que marque un punto de inflexión decisivo en la reducción de la siniestralidad vial» en los países iberoamericanos y concluyó sentenciando que «las víctimas están en el centro de la política de seguridad vial».

(SERVIMEDIA)