El candidato de Unidas Podemos a la Presidencia del Gobierno en las elecciones del próximo domingo, Pablo Iglesias, explicó este miércoles que espera estar «cinco o seis» años más en primera línea pero no más, porque cree que la política nunca se debe convertir «en una profesión» y él aspira a volver a dar clase en la universidad.
En una entrevista en Antena 3 recogida por Servimedia, Iglesias aseguró que «por suerte» la política es algo «temporal» en su vida y «se terminará». Cree que después de los años que lleva en esa primera línea podrá estar «cinco o seis» más. «No puede durar mucho más una carrera política, porque entonces se convierte en una profesión y empiezan a producirse contradicciones». «Yo soy profe», añadió, y «me gustaría volver a una clase» y a tener una vida «diferente».
Considera que en Cataluña «hay que trabajar por la reconciliación», porque el conflicto «no se va a resolver a palos». Hay «muchas emociones que se expresan a veces de la peor manera», subrayó, y en ocasiones «en una guerra de banderas» lo más complicado es pedir «calma, racionalizar, dialogar y buscar espacios de reconciliación». Considera que la derecha «ha abusado mucho del estilo de mano dura» y ahora toca «convencer, seducir y buscar fórmulas democráticas» que permitan el «encaje» de Cataluña.
Iglesias aseguró que se tomaría un café con el líder de Vox, Santiago Abascal, «y con cualquiera», porque entiende que «cuando te dedicas a esto hay que estar dispuesto a tomarte un café con cualquiera, independientemente de la opinión que tengas de él».
Preguntado por la relación con Íñigo Errejón, se mostró convencido de que han dado una imagen «patética», pero «seguro que en el futuro, desde espacios distintos, podremos encontrarnos y colaborar».
Iglesias se mostró partidario de tener «un debate democrático» sobre la tauromaquia incluso con los toreros que puedan entrar como diputados en el Congreso, en el que Unidas Podemos pueda defender que está «en contra del maltrato animal» y que sean los ciudadanos los que decidan «si quieren maltrato».
En una parte más personal de la entrevista, reconoció que a veces ha tenido «la sensación de que se me ha podido calentar la boca», porque como toda persona «a veces me equivoco».
Explicó que después de ser padre se siente «muy feliz» pese a haber tenido que renunciar a muchas cosas, que sortearon el orden de los apellidos y salió Iglesias antes que Montero, así que Irene Montero eligió los nombres de los pequeños. Reflexionó sobre el «agobio» que le genera la diferencia de edad con sus hijos, que quizá sea «demasiada», y expresó su deseo de que sean «libres, que tomen sus propias decisiones» y que sean «buena gente, sean de izquierdas o no.
(SERVIMEDIA)