El vicepresidente y consejero de Obras Públicas y Transportes del Gobierno de Canarias visitó el centro residencial permanente para personas con discapacidad psíquica y física, que pertenece a la Congregación de los Hermanos Franciscanos de la Cruz Blanca
El vicepresidente y consejero de Obras Públicas y Transportes del Gobierno de Canarias, Pablo Rodríguez, visitó hoy la Casa Familiar Virgen del Pino, un centro residencial permanente para personas con discapacidad psíquica y física, que pertenece a la Congregación de los Hermanos Franciscanos de la Cruz Blanca, y destacó la importante labor que llevan a cabo para ofrecer servicios asistenciales y promocionales a personas y familias con escasos recursos y en situación de vulnerabilidad social.
Durante la visita, en la que también estuvo presente el concejal de Bienestar Social del Ayuntamiento de Arucas, Gustavo Viera, Pablo Rodríguez indicó: “La Congregación de los Hermanos Franciscanos de la Cruz Blanca realiza una labor encomiable en este centro. Prestan una asistencia fundamental para todos sus residentes, una asistencia que, de manera general, repercute en el bienestar de la sociedad”, y añadió: “La existencia de este tipo de centros fortalece la atención a los colectivos más desfavorecidos. Cumplen una función excepcional e indispensable que debemos agradecer y aplaudir, y que complementa la asistencia que prestan las administraciones públicas desde otros centros. Las políticas de servicio social son una prioridad para el Ejecutivo canario”.
En la actualidad, la Congregación cuenta con veintinueve casas repartidas por todo el territorio español. En concreto, la Casa Familiar Virgen del Pino, que inició su labor el 31 de mayo de 1981, tiene una capacidad de veinte plazas residenciales que ocupan personas con un grado de dependencia muy alto y que precisan de una atención integral y continuada durante las veinticuatro horas del día. Asimismo, el centro cuenta con un equipo formado por profesionales de diferentes especialidades que, además de atender las necesidades básicas de los residentes, realizan actividades encaminadas a la atención personal y de carácter social y/o socio sanitario, en función de los requerimientos de las personas atendidas. De esta forma, trabajan la promoción, el mantenimiento y la recuperación de la autonomía.
Al mismo tiempo, cuentan con un programa de actividades de ocio y tiempo libre que promueve la inclusión y participación en la sociedad de las personas atendidas, así como la normalización de su vida en la casa.